Hola, amigos. Una vez más y por lo menos alguna que otra vez, la justicia cojea pero llega. Y pensar que santos como el marqués Escrivá de Balaguer, de visita en Chile tras el golpe de Pinochet, se atrevió a decir: "Yo os lo digo: esa sangre era necesaria". Lo mismo pensaba que había ocurrido en España cuando Mola y los suyos se levantaron contra el gobierno de la República. Esos son algunos de los santos que últimamente ha canonizado la Santa Iglesia. Como Juan Pablo II visitando a Videla y a Pinochet y repartiendo bendiciones a estas sangrientas dictaduras. Y lo mismo Gomá, Pla y Daniel o Eijo y Garay, bendiciendo la paz de Franco, llevándolo bajo palio y saludánolo brazo en alto al más puro estilo hitleriano.