Todo eso era igual en Andalucía. Quizás más agudizado por la costumbre andaluza de vivir en la calle, cosa que ahora debe ser imposible. En ese tiempo el cartero. el sereno, el panadero, el tendero, todos eran conocidos cuando no amigos. Todos sabían lo que hacía cada uno con su vida, cosa que ahora habrá desaparecido. Los niños jugaban en la calle a juegos inocentes y se reían de cosas triviales. La televisión vino a guardar a la gente entre cuatro paredes mientras los de arriba viven a cuerpo de rey con los dineros púbicos. Se vivía con lo justo pero en los días festivos que caían en la temporada de verano, las familias se reunían frente al mar andaluz y comían jamón no sin antes levantarlos en el aire para que lo observaran las familias vecinas. Al día siguiente comían arenques pero todos se contentaban con teener lo poco que tenían. La técnica trajo progreso pero también encareció la vida y trabaja el que puede para vivir con lo justo y lo peor es que cada vez la técnica y la robótica están achicando los puestos de trabajo en todos los órdenes, pero es lo que hay.
,
,