Para los que hablan y hablan y hablan................, o sea, que se estudien la Historia de España.
Los Pozos de la memoria
cEl viernes día 19 de marzo de1937 un número indeterminado de vecinos de Arucas fueron arrojados al Pozo del Llano de las Brujas, en Montaña Blanca. Ese día Por otra parte, los 13 vecinos de Gáldar (y pudiera ser también los de Agaete) fueron arrojados a los pozos de Arucas durante 2 días, miércoles 7 de abril y martes 13 de abril de ese mismo año. Los desaparecidos del día 13 de abril fueron arrojados al Pozo del Puente del Barranco de Tenoya.
“Nuestras madres tenían razón, los restos estaban ahí abajo”, decía emocionada Pino Sosa. Cuando tenía sólo 5 años, la presidenta de la AMHA acompañaba en secreto a su madre hasta la boca de un pozo, e igual que otras mujeres del pueblo en honor a sus maridos, arrojaban margaritas silvestres y rezaban oraciones furtivas por el alma de su padre, el latonero José Sosa Déniz, tesorero de la agrupación socialista de Arucas. El 18 de julio José fue detenido en la puerta de su casa. Pasó por diversas comisarías y campos de concentración. Su mujer estaba embarazada de una niña, Pino Sosa. El 15 de enero, tras varios meses como prisionero, José fue puesto en libertad y regresó a su casa. Pero el 19 de marzo los franquistas regresaron a casa de José. Eran las 6 de la mañana. Nunca más nadie lo volvería a ver con vida. Fue secuestrado, asesinado y arrojado a uno de los Pozos de Arucas.
La desaparición de José no fue la única. En aquella semana de marzo, casi un centenar de ciudadanos de Arucas, Gáldar y Agaete desaparecieron para siempre. Tras la retirada de 3 metros de tierra y cal viva que fueron echadas sobre los cadáveres para ocultar los crímenes, aparecieron los primeros restos humanos en la excavación del Pozo del Llano de las Brujas. Tres de los cuerpos presentan heridas de bala en la mandíbula, sien y vértebras, en el fondo y en los alrededores han aparecido tres casquillos, una bala, medallas, hebillas, botones y suelas.
Los 34 cadáveres exhumados en Llano de las Brujas fueron en gran parte compañeros de celda y torturas de los que están siendo encontrados en el Pozo en Tenoya, donde se han localizado los restos mortales de 14 personas; se ha podido confirmar la identidad de al menos 2 desaparecidos. De los cadáveres encontrados, 10 conforman un primer nivel de la excavación, situado a unos 55 metros de profundidad, y otros 2 están por debajo, lo que apunta a la presencia de más cuerpos en niveles inferiores. Se cree que hasta 27 personas pudieron ser arrojadas a este pozo. El hallazgo de los restos mortales de Jose Sosa en el pozo de Tenoya 81 años después de que fuera asesinado, víctima de la represión franquista, ha dado aliento para que la lucha por la búsqueda de las personas desaparecidas en este municipio grancanario continúe.
“.. La lucha por encontrarlo comenzó cuando murió Franco. Antes, durante la dictadura, no podíamos movernos. Estábamos marcados por ser rojos. De hecho, mi madre jamás me hablaba de mi padre. Cuando cumplí los 20 años, le pregunté por él y me contestó que ya había pasado mucho tiempo y que era mejor que dejara el tema”, apunta Pino, que asegura que su última intención es abrir heridas. “Nosotros no queremos abrir ninguna herida porque nunca se han cerrado. Ni la Iglesia ni el Estado nos han pedido perdón por robarnos a tantos familiares“asi un centenar de REPUBLICANOS, arrojándolos a los profundos pozos de Arucas, en Gran Canaria.
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cEl viernes día 19 de marzo de1937 un número indeterminado de vecinos de Arucas fueron arrojados al Pozo del Llano de las Brujas, en Montaña Blanca. Ese día Por otra parte, los 13 vecinos de Gáldar (y pudiera ser también los de Agaete) fueron arrojados a los pozos de Arucas durante 2 días, miércoles 7 de abril y martes 13 de abril de ese mismo año. Los desaparecidos del día 13 de abril fueron arrojados al Pozo del Puente del Barranco de Tenoya.
“Nuestras madres tenían razón, los restos estaban ahí abajo”, decía emocionada Pino Sosa. Cuando tenía sólo 5 años, la presidenta de la AMHA acompañaba en secreto a su madre hasta la boca de un pozo, e igual que otras mujeres del pueblo en honor a sus maridos, arrojaban margaritas silvestres y rezaban oraciones furtivas por el alma de su padre, el latonero José Sosa Déniz, tesorero de la agrupación socialista de Arucas. El 18 de julio José fue detenido en la puerta de su casa. Pasó por diversas comisarías y campos de concentración. Su mujer estaba embarazada de una niña, Pino Sosa. El 15 de enero, tras varios meses como prisionero, José fue puesto en libertad y regresó a su casa. Pero el 19 de marzo los franquistas regresaron a casa de José. Eran las 6 de la mañana. Nunca más nadie lo volvería a ver con vida. Fue secuestrado, asesinado y arrojado a uno de los Pozos de Arucas.
La desaparición de José no fue la única. En aquella semana de marzo, casi un centenar de ciudadanos de Arucas, Gáldar y Agaete desaparecieron para siempre. Tras la retirada de 3 metros de tierra y cal viva que fueron echadas sobre los cadáveres para ocultar los crímenes, aparecieron los primeros restos humanos en la excavación del Pozo del Llano de las Brujas. Tres de los cuerpos presentan heridas de bala en la mandíbula, sien y vértebras, en el fondo y en los alrededores han aparecido tres casquillos, una bala, medallas, hebillas, botones y suelas.
Los 34 cadáveres exhumados en Llano de las Brujas fueron en gran parte compañeros de celda y torturas de los que están siendo encontrados en el Pozo en Tenoya, donde se han localizado los restos mortales de 14 personas; se ha podido confirmar la identidad de al menos 2 desaparecidos. De los cadáveres encontrados, 10 conforman un primer nivel de la excavación, situado a unos 55 metros de profundidad, y otros 2 están por debajo, lo que apunta a la presencia de más cuerpos en niveles inferiores. Se cree que hasta 27 personas pudieron ser arrojadas a este pozo. El hallazgo de los restos mortales de Jose Sosa en el pozo de Tenoya 81 años después de que fuera asesinado, víctima de la represión franquista, ha dado aliento para que la lucha por la búsqueda de las personas desaparecidas en este municipio grancanario continúe.
“.. La lucha por encontrarlo comenzó cuando murió Franco. Antes, durante la dictadura, no podíamos movernos. Estábamos marcados por ser rojos. De hecho, mi madre jamás me hablaba de mi padre. Cuando cumplí los 20 años, le pregunté por él y me contestó que ya había pasado mucho tiempo y que era mejor que dejara el tema”, apunta Pino, que asegura que su última intención es abrir heridas. “Nosotros no queremos abrir ninguna herida porque nunca se han cerrado. Ni la Iglesia ni el Estado nos han pedido perdón por robarnos a tantos familiares“asi un centenar de REPUBLICANOS, arrojándolos a los profundos pozos de Arucas, en Gran Canaria.
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