Mis padres contaban que tiraban a los pozos viandas para que no requisaran los agentes de las producciones que no se podían ocultar trigo por ejemplo se llevaban su correspondiente parte.
Un caso más de la pobreza de los años 40. Había que esconder para que no te lo llevaran.
Y en los 50.
Cuerpo de fscaleros. Aparecían por las industrias y casas. Se comprobaba lo que habían recolectado, patatas, cebada, trigo, harina.... se podía tener una cantidad, si tenías más se confiscaba y multaban además daban publicidad de los infractores.
Efectivamente Ángel, se guardaba, se escondia para que no lo confiscaran.
Cuerpo de fscaleros. Aparecían por las industrias y casas. Se comprobaba lo que habían recolectado, patatas, cebada, trigo, harina.... se podía tener una cantidad, si tenías más se confiscaba y multaban además daban publicidad de los infractores.
Efectivamente Ángel, se guardaba, se escondia para que no lo confiscaran.
Que suerte tuviste o te escondiste bien.
manuel
manuel
No, no me escondí ni tuve suerte. Era un niño como todos de mi generación y viví todo eso. Me pilló de lleno los años 40 y todos los otros. Vi pobreza y personas que pasaban hambre, pero estas personas, que en los pueblos eran cuatro o cinco, recibían ayuda del resto del pueblo. Y repito, Estudié en León capital y las vacaciones iba par el pueblo donde vivían mis abuelos y resto de la familia. He comparado las dos situaciones: pueblo y ciudad. En el pueblo se vivía mejor que en la ciudad. En el pueblo había de todo, lo más esencial para vivir, en la capital... Ay, la capital.
En el pueblo se amasaba la harina. Se hacían unos 12 panes para casi todo el mes. Se aprovechaba el horno para hacer tortas y bollos, así como magdalenas y mazapanes. En mi casa teníamos uno. Casi todo el pueblo tenía un horno. ¡Qué pan más rico salía de aquel horno. De tanto ver como se amasaba el pan, aprendí a hacer pan. No era difícil.
En el pueblo se amasaba la harina. Se hacían unos 12 panes para casi todo el mes. Se aprovechaba el horno para hacer tortas y bollos, así como magdalenas y mazapanes. En mi casa teníamos uno. Casi todo el pueblo tenía un horno. ¡Qué pan más rico salía de aquel horno. De tanto ver como se amasaba el pan, aprendí a hacer pan. No era difícil.