Mucho se ha hablado de Franco. Con o sin razón, Franco entre otras cosas, luchó CONTRA EL COMUNISMO. Y punto pelota.
Sí, Franco luchó contra el flautista de Hamelin
DESMONTANDO MITOS DEL FRANQUISMO
“Franco salvó a España del dominio comunista”
Esta afirmación que algunos lanzan de forma categórica, muestra un total desconocimiento sobre la historia de la época.
Los terratenientes, la Iglesia, el ejército y las grandes fortunas, ven en la llegada de la República una amenaza que puede hacer que pierdan gran parte de sus riquezas y privilegios. Frente a ellos, una clase obrera preeminentemente agrícola, maltratada, hambrienta y explotada, con sueldos míseros y condiciones laborales inhumanas, que vieron con ilusión la llegada de la democracia.
Las reformas, como la Reforma Agraria, tardaban en llegar y los campesinos comenzaron las acciones de protesta. Ya en 1931, se producían actos de represión de terratenientes hacia los jornaleros. Pero no fue hasta los meses inmediatamente anteriores al comienzo de la guerra, cuando se producen asesinatos sonados, como el de Calvo Sotelo.
Se olvidan muchos de mencionar que antes de dicho asesinato, la derecha española había asesinado al Teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Tejada. La estrategia de la derecha desde 1934, fue la violencia provocativa: acciones violentas que buscaban una reacción izquierdista y tras dicha reacción, una “venganza”. Y fue el asesinato del Teniente Castillo, por parte de falangistas, lo que despertó la ira y venganza de la izquierda, con el asesinato del diputado monárquico Calvo Sotelo. A la derecha le había vuelto a salir bien la jugada.
Reformas tan avanzadas como la de la Enseñanza, que consiguió disminuir notablemente la tasa de analfabetismo; la reorganización del ejército disminuyendo el número de oficiales; una ambiciosa reforma agraria, que pretendía un reparto más justo de la tierra, unas mejoras laborales para el trabajador del campo; la inclusión y mayor protección de la mujer, así como su derecho al voto… Reformas y avances que la clase oligárquica despreció por poner en peligro unos valores arcaicos y privilegios ingentes e injustificables en detrimento de la clase obrera.
Dejemos claro pues, que la Segunda República, desde sus inicios, no dejó de ser una república democrática de corte burgués, pero que incluyó bajo su defensa, muchos intereses de la clase obrera. Ya en 1931, tras la derrota de los monárquicos en las grandes ciudades (en la zona rural los monárquicos habían conseguido más votos), el propio Alfonso XIII reconoce su derrota y se ve empujado al exilio tras la llegada de la República.
Afirmar que aquella Segunda República iba camino de convertirse en un país satélite de la Unión Soviética es, cuanto menos, un disparate. De hecho, no es hasta que comienza la Guerra Civil tras el golpe de estado franquista, cuando sí se produce un acercamiento entre la República y la URSS, y no antes.
Pero la lista de bulos y tópicos es bien larga, aún quedan muchos. Este artículo, y otros tantos, no serían necesarios si ciertos personajes no se dedicaran a divulgar mentiras y manipulaciones, todas ellas apoyadas, para más inri, por ciertos historiadores de tendencia franquista.
“Franco salvó a España del dominio comunista”
Esta afirmación que algunos lanzan de forma categórica, muestra un total desconocimiento sobre la historia de la época.
Los terratenientes, la Iglesia, el ejército y las grandes fortunas, ven en la llegada de la República una amenaza que puede hacer que pierdan gran parte de sus riquezas y privilegios. Frente a ellos, una clase obrera preeminentemente agrícola, maltratada, hambrienta y explotada, con sueldos míseros y condiciones laborales inhumanas, que vieron con ilusión la llegada de la democracia.
Las reformas, como la Reforma Agraria, tardaban en llegar y los campesinos comenzaron las acciones de protesta. Ya en 1931, se producían actos de represión de terratenientes hacia los jornaleros. Pero no fue hasta los meses inmediatamente anteriores al comienzo de la guerra, cuando se producen asesinatos sonados, como el de Calvo Sotelo.
Se olvidan muchos de mencionar que antes de dicho asesinato, la derecha española había asesinado al Teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Tejada. La estrategia de la derecha desde 1934, fue la violencia provocativa: acciones violentas que buscaban una reacción izquierdista y tras dicha reacción, una “venganza”. Y fue el asesinato del Teniente Castillo, por parte de falangistas, lo que despertó la ira y venganza de la izquierda, con el asesinato del diputado monárquico Calvo Sotelo. A la derecha le había vuelto a salir bien la jugada.
Reformas tan avanzadas como la de la Enseñanza, que consiguió disminuir notablemente la tasa de analfabetismo; la reorganización del ejército disminuyendo el número de oficiales; una ambiciosa reforma agraria, que pretendía un reparto más justo de la tierra, unas mejoras laborales para el trabajador del campo; la inclusión y mayor protección de la mujer, así como su derecho al voto… Reformas y avances que la clase oligárquica despreció por poner en peligro unos valores arcaicos y privilegios ingentes e injustificables en detrimento de la clase obrera.
Dejemos claro pues, que la Segunda República, desde sus inicios, no dejó de ser una república democrática de corte burgués, pero que incluyó bajo su defensa, muchos intereses de la clase obrera. Ya en 1931, tras la derrota de los monárquicos en las grandes ciudades (en la zona rural los monárquicos habían conseguido más votos), el propio Alfonso XIII reconoce su derrota y se ve empujado al exilio tras la llegada de la República.
Afirmar que aquella Segunda República iba camino de convertirse en un país satélite de la Unión Soviética es, cuanto menos, un disparate. De hecho, no es hasta que comienza la Guerra Civil tras el golpe de estado franquista, cuando sí se produce un acercamiento entre la República y la URSS, y no antes.
Pero la lista de bulos y tópicos es bien larga, aún quedan muchos. Este artículo, y otros tantos, no serían necesarios si ciertos personajes no se dedicaran a divulgar mentiras y manipulaciones, todas ellas apoyadas, para más inri, por ciertos historiadores de tendencia franquista.
El oro, se lo acercamos tanto a Rusia que no lo devolvió. Publica la lista de historiadores y veremos su tendencia. La tuya está muy clara.
Aquí nadie da puntada sin hilo. Otros historiadores cuentan que Rusia vendió armas a los republicanos y la factura fue en lingotes de oro.
Eso es lo que digo yo.