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La dura verdad sobre la dictadura de Franco’: misma historia, nuevo medio
Netflix ha estrenado estos días ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’, un nuevo documental sobre la vida y carrera política de Francisco Franco que se compone de cinco capítulos. Los tres primeros exponen ampliamente la historia de Franco y los dos últimos resumen todo lo contado en los capítulos previos con la adición de alguna declaración nueva.
La gran curiosidad que presenta ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ es que el documental es de factura alemana, no española. Las entrevistas presenciales a historiadores y testigos del franquismo no han sido dobladas al español, de modo que las declaraciones realizadas -tanto en español como en catalán o inglés- son dobladas al alemán y a su vez subtituladas al castellano.
Cualquiera que haya seguido de cerca la historia de la dictadura en España probablemente no descubrirá nada nuevo en ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’. Sin embargo, el documental funciona perfectamente a modo de material académico para nuevos estudiantes, en especial para los que se estén formando actualmente en el instituto, y no solo por su buena historiografía, sino también porque cuenta con auténticas autoridades en el campo de la Historia como el británico Antony Beevor o el alemán Walther L. Bernecker. En ocasiones se desprecia el contenido de Netflix por supuestamente caer en el sensacionalismo solo por proceder de una plataforma de streaming popular consumida por millones de jóvenes, pero ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ podría haber sido emitido perfectamente en cualquier televisión pública, incluida su sutil banda sonora, que por momentos parece la de ‘Expediente X’.
Precisamente, el gran logro de ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ es el de ser un documental fiable, riguroso y documentado sobre Franco que muchas personas van a ver. La tecnología e internet no solo han «democratizado» la producción musical (hoy hay más música que nunca) y audiovisual (Youtube e Instagram son la nueva televisión) o incluso la labor periodística (con Twitter cualquiera puede dar hoy una exclusiva); también plataformas como Netflix son capaces de transmitir la Historia a través de un medio mucho más atractivo para las nuevas generaciones que cualquier libro de texto. El documental sabrá a poco a historiadores y aficionados, pero el resto del planeta poco más necesita saber sobre Franco de lo que se expone en el documental, que ya es mucho. Personalmente he aprendido más sobre la dictadura gracias a ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ de lo que lo hice en el instituto, donde se me obligaba a estudiar y/o memorizar información detallada de otras diez asignaturas, muchas veces sin éxito.
Aún así, el visionado de ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ impacta si buscas refrescar la memoria o simplemente aprender. Franco queda como un verdadero inepto político que se agarra al poder cual sanguijuela pero que no muestra demasiado interés en la recuperación económica de su propio país. El documental acerca a la audiencia a la necesidad de progreso de las nuevas generaciones de España durante la posguerra, aunque no olvida mencionar a la «mayoría silenciosa» franquista; recuerda que Europa da la espalda a la dictadura de España ya en los primeros años de la OTAN; y básicamente pone sobre la mesa que lo mejor que llega a hacer Franco por España es envejecer y morir, aunque le cueste 30 años. Por lo menos Hitler tiene el detalle de suicidarse.
Cuando aparecen en pantalla Juan Carlos I y la reina Sofía (y también un pequeño Felipe de Borbón) te das cuenta de que no hace tanto de todo esto, y entiendes algunas cosas. Los últimos resquicios del franquismo y el nazismo se pasean de vez en cuando por las calles aún a día de hoy e incluso gozan de presencia parlamentaria, pero las nuevas (y viejas) generaciones están mucho más preparadas para combatirlos. El contexto es diferente y la información está en sus manos más que nunca.
La dura verdad sobre la dictadura de Franco’: misma historia, nuevo medio
Netflix ha estrenado estos días ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’, un nuevo documental sobre la vida y carrera política de Francisco Franco que se compone de cinco capítulos. Los tres primeros exponen ampliamente la historia de Franco y los dos últimos resumen todo lo contado en los capítulos previos con la adición de alguna declaración nueva.
La gran curiosidad que presenta ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ es que el documental es de factura alemana, no española. Las entrevistas presenciales a historiadores y testigos del franquismo no han sido dobladas al español, de modo que las declaraciones realizadas -tanto en español como en catalán o inglés- son dobladas al alemán y a su vez subtituladas al castellano.
Cualquiera que haya seguido de cerca la historia de la dictadura en España probablemente no descubrirá nada nuevo en ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’. Sin embargo, el documental funciona perfectamente a modo de material académico para nuevos estudiantes, en especial para los que se estén formando actualmente en el instituto, y no solo por su buena historiografía, sino también porque cuenta con auténticas autoridades en el campo de la Historia como el británico Antony Beevor o el alemán Walther L. Bernecker. En ocasiones se desprecia el contenido de Netflix por supuestamente caer en el sensacionalismo solo por proceder de una plataforma de streaming popular consumida por millones de jóvenes, pero ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ podría haber sido emitido perfectamente en cualquier televisión pública, incluida su sutil banda sonora, que por momentos parece la de ‘Expediente X’.
Precisamente, el gran logro de ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ es el de ser un documental fiable, riguroso y documentado sobre Franco que muchas personas van a ver. La tecnología e internet no solo han «democratizado» la producción musical (hoy hay más música que nunca) y audiovisual (Youtube e Instagram son la nueva televisión) o incluso la labor periodística (con Twitter cualquiera puede dar hoy una exclusiva); también plataformas como Netflix son capaces de transmitir la Historia a través de un medio mucho más atractivo para las nuevas generaciones que cualquier libro de texto. El documental sabrá a poco a historiadores y aficionados, pero el resto del planeta poco más necesita saber sobre Franco de lo que se expone en el documental, que ya es mucho. Personalmente he aprendido más sobre la dictadura gracias a ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ de lo que lo hice en el instituto, donde se me obligaba a estudiar y/o memorizar información detallada de otras diez asignaturas, muchas veces sin éxito.
Aún así, el visionado de ‘La dura verdad sobre la dictadura de Franco’ impacta si buscas refrescar la memoria o simplemente aprender. Franco queda como un verdadero inepto político que se agarra al poder cual sanguijuela pero que no muestra demasiado interés en la recuperación económica de su propio país. El documental acerca a la audiencia a la necesidad de progreso de las nuevas generaciones de España durante la posguerra, aunque no olvida mencionar a la «mayoría silenciosa» franquista; recuerda que Europa da la espalda a la dictadura de España ya en los primeros años de la OTAN; y básicamente pone sobre la mesa que lo mejor que llega a hacer Franco por España es envejecer y morir, aunque le cueste 30 años. Por lo menos Hitler tiene el detalle de suicidarse.
Cuando aparecen en pantalla Juan Carlos I y la reina Sofía (y también un pequeño Felipe de Borbón) te das cuenta de que no hace tanto de todo esto, y entiendes algunas cosas. Los últimos resquicios del franquismo y el nazismo se pasean de vez en cuando por las calles aún a día de hoy e incluso gozan de presencia parlamentaria, pero las nuevas (y viejas) generaciones están mucho más preparadas para combatirlos. El contexto es diferente y la información está en sus manos más que nunca.