Foto de finales de los 50"s Mi hermanito y la triste...

Foto de finales de los 50"s Mi hermanito y la triste verdad que muchos desconocemos. Otra historia que quiero compartir porque quizá a usted le. pasó algo igual y creo que le va a sorprender lo que descubrí.
(El hermano mayor visto desde sus ojos)
En una publicación anterior hablé de el exceso de autoridad que muchos padres, solían darle a sus hijos mayores sobre los demas hermanos, misma autoridad que muchas veces es abusada por los hijos mayores y termina convirtiendose en maltrato fisico y verbal hacìa los hermanos menores.
En una plática sincera con mi hermano mayor, le conté la percepciòn que había creado sobre él, le dijé que siempre lo había sentido ajeno y distante, que lo recordaba gruñon y regañon y que se me había hecho muy dificil quererlo como a los demas. Entonces me dijó lo que nosotros como hermanos menores significabamos para él:
Cuando era niño fuí la alegría de la casa, el centro de atención de mis padres, me daban todo su amor y su tiempo, cuando nació el segundo hijo, yo estaba lleno de curiosidad, me acercaba con curiosidad a conocer a mi hermanito, entonces papá y mamá comenzaron a proteger a mi hermano de mí, si mi hermano lloraba, me. regañaban a mí o me echaban la. culpa de su llanto, si jugabamos y se lastimaba o el lloraba, me culpaban a mí, y me castigaban, me. rrgañaban o harta me. golpeaban. La atención de mis padres se empezó a volcar en el nuevo miembro de la familia, me sentí menos amado por mis padres y especialmente por mí madre, y empecé a distanciarme de ella miemtras volcaba mi amor en mi abuela, quien me hacia sentir amado y especial. Asi llegaron los demas hermanos a quienes yo, como hermano mayor tenía que cuidar, no los regañaba porque no los quisiera, sino para que no se lastimaran y me causaran un castigo por no haberlos cuidado bien. Si jugabamos. como hermanos a competir, debía dejarlos ganar para que no lloraran, pero yo era un niño tambien y tambien me dolía aunque fuera juego, tener que jugar el papel de perdedor y mi mente de niño tambien me hacìa verlos a ustedes con recelo y asi recuerdo muchas historias.
Cuando crecí tuvé que trabajar para ayudar a mis padres, quienes tambien me hacían sentir que era responsable de ayudar con los gastos, si bien era mi deber de hijo cooperar, debió ser por eso, como un deber de hijo, no porque hacia falta dinero, porque la decisión de haber tenido muchos hijos, fué de mis padres y por tanto debiera haber sido tambien la responsabilidad de ellos de sacarlos adelante, pero muchos padres de antes, no lo veían asi, no eramos libres de disfrutar nuestro salario porque había que darselo a nuestros padres para ayudar a la familia. Ellos decidían cuanto nos podíamos quedar de lo que habíamos ganado.
Entonces entendí, que el error de mis padres no había sido darle a mi hermano mayor mas autoridad, el error fue darle responsabilidades que no le correspondían, quitarle su niñez para cuidarnos, quitarle su juventud para ayudar en los gastos de la casa. El distanciamiento que en muchas familias, se había generado entre hermanos, fué muchas veces iniciado por los patrones de crianza que siguieron muchos padres. Hoy puedo decir que veo a mi hermano con otros ojos, que puedo entender a aquel niño que se sintió desplazado y menos amado y que quizá alguna vez, nos vió como una carga. Ya no podemos echar el tiempo atras, ni corregir los errores del pasado, solo queda mirarnos con cariño el tiempo que nos quede...
Autor:
Ma Eva V. Madera