¿Por cuánto se vendió entonces Camps?
Todos los dirigentes del PP, desde Rajoy para abajo, repiten la misma letanía: “Atenta contra el sentido común pensar que un presidente autonómico se vende por tres trajes”. Es un argumento lógico. Y como la investigación judicial ya ha demostrado que Francisco Camps se “vendió” a la trama corrupta de Don Vito y El Bigotes, lo que urge es aclarar cuál fue el precio exacto cobrado por el nada honorable president y realizar inventario de lo afanado.
Los “tres trajes”, para empezar, costaron 12.783 euros. Así que la conclusión es obvia: o Camps es un adicto a la ropa de lujo o las prendas regaladas fueron más de tres y el PP está engañando de manera impúdica a los ciudadanos. El juez sostiene que fueron, al menos, cinco trajes y tres americanas.
Sigamos. También está el robot para los niños, ese detalle que generó en el hogar de los Camps una enorme expectación. “Me vas a tumbar los reyes”, confesó Isabel Bas, madre y esposa, en tierna conversación telefónica navideña con El Bigotes (ya saben, el “amiguito del alma” a quien Camps decía no conocer, pese a que ambos se querían “un huevo”). Si el lector va a comprar el robot mascota con forma de perro Aibo a una tienda, le cobran 1.800 euros del ala, pero en casa del nada honorable president estas cosas se reciben por la cara.
Más: un bolso de Loewe para Isabel, a quien las ganancias de la botica al parecer no le dan para adquirir este accesorio valorado en 780 euros. Y no sabemos con seguridad lo que ocurrió con un “detallito” que la esposa prometió devolver al corrupto de Orange Market porque le parecía “muy fuerte” quedarse con el obsequio.
Suma y sigue: unas entradas para que Camps se divierta en el Circo del Sol, 701 euros que no arruinan ninguna economía familiar, pero que gratis se disfrutan más.
Y por último, que se sepa, mantas para los papás y los suegros del nada honorable president, de forma que no haya nadie marginado en esa católica familia y a todos alcance la generosidad de El Bigotes.
Hasta aquí el inventario provisional. Claro que los portavoces de los corruptos siempre pueden argumentar que atenta contra el sentido común pensar que un presidente autonómico se vende por cinco trajes, tres americanas, un robot mascota Aibo con forma de perro, un bolso de lujo, unas entradas para el circo y unas mantas. Pero la pregunta surge inevitable: ¿ese presidente sufre alguna enfermedad desconocida que le impide comprar y pagar sus caprichos?
Por supuesto, todo esto es el chocolate del loro, aunque la suma supere los 16.000 euros, cantidad con la que viven todo un año muchos mileuristas. La clave está en la financiación ilegal del PP, unos 2,5 millones de euros ocultados a Hacienda a pachas entre el partido y Orange Market, de acuerdo con el último informe de la Agencia Tributaria. Y cabe suponer que, aunque la mente de Camps vague sin freno por el planeta Reticulín, alguien le habrá comentado que las campañas electorales cuestan dinero. Que no son gratis como el resto de su existencia, vamos.
Y, claro, el sentido común dice que un presidente autonómico se puede vender a cambio de una vida regalada y de una campaña financiada ilegalmente. ¿O no?
Todos los dirigentes del PP, desde Rajoy para abajo, repiten la misma letanía: “Atenta contra el sentido común pensar que un presidente autonómico se vende por tres trajes”. Es un argumento lógico. Y como la investigación judicial ya ha demostrado que Francisco Camps se “vendió” a la trama corrupta de Don Vito y El Bigotes, lo que urge es aclarar cuál fue el precio exacto cobrado por el nada honorable president y realizar inventario de lo afanado.
Los “tres trajes”, para empezar, costaron 12.783 euros. Así que la conclusión es obvia: o Camps es un adicto a la ropa de lujo o las prendas regaladas fueron más de tres y el PP está engañando de manera impúdica a los ciudadanos. El juez sostiene que fueron, al menos, cinco trajes y tres americanas.
Sigamos. También está el robot para los niños, ese detalle que generó en el hogar de los Camps una enorme expectación. “Me vas a tumbar los reyes”, confesó Isabel Bas, madre y esposa, en tierna conversación telefónica navideña con El Bigotes (ya saben, el “amiguito del alma” a quien Camps decía no conocer, pese a que ambos se querían “un huevo”). Si el lector va a comprar el robot mascota con forma de perro Aibo a una tienda, le cobran 1.800 euros del ala, pero en casa del nada honorable president estas cosas se reciben por la cara.
Más: un bolso de Loewe para Isabel, a quien las ganancias de la botica al parecer no le dan para adquirir este accesorio valorado en 780 euros. Y no sabemos con seguridad lo que ocurrió con un “detallito” que la esposa prometió devolver al corrupto de Orange Market porque le parecía “muy fuerte” quedarse con el obsequio.
Suma y sigue: unas entradas para que Camps se divierta en el Circo del Sol, 701 euros que no arruinan ninguna economía familiar, pero que gratis se disfrutan más.
Y por último, que se sepa, mantas para los papás y los suegros del nada honorable president, de forma que no haya nadie marginado en esa católica familia y a todos alcance la generosidad de El Bigotes.
Hasta aquí el inventario provisional. Claro que los portavoces de los corruptos siempre pueden argumentar que atenta contra el sentido común pensar que un presidente autonómico se vende por cinco trajes, tres americanas, un robot mascota Aibo con forma de perro, un bolso de lujo, unas entradas para el circo y unas mantas. Pero la pregunta surge inevitable: ¿ese presidente sufre alguna enfermedad desconocida que le impide comprar y pagar sus caprichos?
Por supuesto, todo esto es el chocolate del loro, aunque la suma supere los 16.000 euros, cantidad con la que viven todo un año muchos mileuristas. La clave está en la financiación ilegal del PP, unos 2,5 millones de euros ocultados a Hacienda a pachas entre el partido y Orange Market, de acuerdo con el último informe de la Agencia Tributaria. Y cabe suponer que, aunque la mente de Camps vague sin freno por el planeta Reticulín, alguien le habrá comentado que las campañas electorales cuestan dinero. Que no son gratis como el resto de su existencia, vamos.
Y, claro, el sentido común dice que un presidente autonómico se puede vender a cambio de una vida regalada y de una campaña financiada ilegalmente. ¿O no?