El indio Olí, vuelve a las andadas...

Un iluminado jamás apaga su propia luz

Benjamín Prado

29 de julio de 2024 21:05h
Actualizado el 30/07/2024 06:00h
@pradobenjamin
Las cosas hay que hacerlas bien, así que cuando uno se dedica a fanfarronear, lo justo es que luego sea consecuente con su personaje y lo lleve hasta las últimas consecuencias. Si te pones una sábana encima, tienes que merecerte el disfraz, porque si no lo consigues, la gente, en lugar de asustarse del fantasma se ríe del que hay debajo: de espectro a esperpento hay muy poca distancia. Visto así, yo creo que el juez Peinado debería acudir hoy a La Moncloa a caballo y vestido con el uniforme de las Cruzadas. El grito con el que cargaría contra el enemigo está claro: Peinado y cierra España. Es lo que tienen las reconquistas.

Este sainete empezó con una denuncia de un dicen que sindicato que torea al alimón con la misma ultraderecha cuyos representantes se ponen sobresueldos, cuyos partidos hacen desaparecer subvenciones, patria por aquí, nada por allá, y cuyos mensajes antidemocráticos esconden las trapisondas y birlibirloques de una banda de caraduras que confían en que les sigan y voten los mismos de los que se ríen. Para afrontar el problema del independentismo, la ruptura que anuncian de España y tal y tal, en el Parlament catalán un líder de Vox que clamaba contra la subida del sueldo mínimo a los más débiles, cobra un sobresueldo de 3.700 euros al mes y le sacó en dos años a la cámara 39.361 en concepto de “pago de servicios de despacho y atención en sede”; otro, con contrato de dedicación exclusiva, recibe un salario de 60.000 del Parlament catalán y otro de 50.000 mil del Cantabria; y si queremos un ejemplo de sus socios, el presidente del andaluz, este del PP, que cobra 96.626 asegura que hay que subirles las dietas a los diputados “porque les cuesta llegar a fin de mes, con lo que han subido los hoteles.” Hay ejemplos para dos docenas de artículos.

El juez que persigue, contra el criterio de la Fiscalía, la Guardia Civil y la Audiencia, a Begoña Gómez y Pedro Sánchez, y que es padre de una concejala del Partido Popular, tiene en su juzgado denuncias contra Isabel Díaz Ayuso presentadas por los familiares de los ancianos condenados a morir en las residencias de la Comunidad de Madrid, pero no parece que vaya a presentarse en la sede del Gobierno regional a interrogarla. ¿7.291 muertes son menos dignas de ser investigadas que un supuesto tráfico de influencias basado en bulos, manipulaciones y noticias falsas? ¿Los huérfanos de los abandonados en los geriátricos son menos dignos de atención que los neo fascistas comandados por un individuo que militaba en la extrema derecha violenta de Fuerza Nueva y se declara admirador incondicional del dictador Franco? O tal vez es que Peinado no visita a Ayuso para no exponerla a una exhibición pública, que fue lo que él mismo hizo para justificar no hacer comparecer al alcalde Martínez Almeida en otro caso en que era requerido por las acusaciones, mientras insiste en grabar en vídeo a Gómez y Sánchez, a ver si hay suerte y se filtra una imagen que luego pueda mostrar a las cámaras en el Congreso el Tellado o Abascal de turno. Es decir, que la sospecha de que estamos ante alguien que actúa a la vez como juez y parte, es legítima.

Peinado no visita a Ayuso para no exponerla a una exhibición pública, que fue lo que él mismo hizo para justificar no hacer comparecer al alcalde Martínez Almeida en otro caso en que era requerido por las acusaciones, mientras insiste en grabar en vídeo a Gómez y Sánchez

El proceso, en su conjunto, es una charlotada. Gómez, “hay que ir a por su mujer y así lo quebraremos”, se dijo en los bancos de la oposición, está imputada pero no sabe por qué, dado que el instructor va improvisando sobre la marcha, según la causa se va quedando vacía, llegando a cambiar la condición a investigado de un testigo después de haberle tomado declaración y sin antes advertirle, como marca la ley, de que se estaba incriminando y, en consecuencia, debía de marcharse y volver cuando lo citaran, esta vez en compañía de un abogado. Así ha ido saltando de una acusación a otra y difuminando sus razones a base de generalizarlas, hasta llegar al absurdo de indagar todo lo que haya podido hacer Gómez desde que su marido es presidente, e indaga la solicitud de su esposa a la universidad Complutense para que se le otorgara permiso que la habilitara para ser codirectora de un máster, que fue hecha en 2012, mucho antes de que su marido fuera presidente del Gobierno e incluso secretario general del PSOE. Para arreglarlo, sin embargo, a él lo quiere interrogar no como político, sino como pareja, saltándose también el hecho de que nadie está obligado a testificar contra su compañera o compañero sentimental. Un sinsentido tras otro que no se detendrá hasta que una instancia superior no le pare los pies. Un iluminado jamás apaga su propia luz.

El indio Olí, vuelve a las andadas
Sigue trotando y calla.