su blanca cara, sus grandes ojos, con pomulos enrriquecidos por el misterio
astral, en su boca de podía dibujar los ardientes atardeceres, secretos del firmamento, noches de luz y de tinieblas,
Oscuridad y silencios, luces y firmamentos, y a la vez que timidez, arrogancia planeamiento, vitalidad, fuerza, encrudecimiento... desconciertos.
La explendorosa
luna, llena de tantos ciertos, tambien estaba vacía, y llena de sentimientos.
German se preguntaba, con tantos encantamientos, ¿por que su tez
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