los invitados admiraban la suculencia y variedad de los manjares preparados para la ocasión, la suntuosa decoración de la mesa destinada al banquete, los preciosos y coloridos tapices colgados con sus reflejos marinos que iluminaban las salas. Al pisar las alfombras se sentía una suavidad y esponjosidad increíble. Parecía que les habían transportado a un mundo imaginario donde todo era lujo, brillos y suavidad. Como si aquello hubiera salido de un cuento como este que os estoy contando ahora. Irrealidad absoluta.
El emperador iba espléndidamente vestido pero tuvo que volver a pagar por lo que ya había sido suyo por no haber atendido a una simple hoja de instrucciones.
Sin embargo, al paje le vino de fábula porque su vida cambió por completo. Justo al acabar la cena le fue propuesto un cargo en el palacio cosa que el paje rechazó porque lo que hacía le gustaba, ganaba lo suficiente para vivir y se sentía bien consigo mismo, que era lo mejor de todo. Encima ya conocía de sobra la estupidez de los mandatarios por lo que les dijo amablemente, "No, gracias."
El emperador iba espléndidamente vestido pero tuvo que volver a pagar por lo que ya había sido suyo por no haber atendido a una simple hoja de instrucciones.
Sin embargo, al paje le vino de fábula porque su vida cambió por completo. Justo al acabar la cena le fue propuesto un cargo en el palacio cosa que el paje rechazó porque lo que hacía le gustaba, ganaba lo suficiente para vivir y se sentía bien consigo mismo, que era lo mejor de todo. Encima ya conocía de sobra la estupidez de los mandatarios por lo que les dijo amablemente, "No, gracias."