Estaba enfurecido Nicolás. Haber tenido el amor de su vida tan cerca, esta vez en la realidad; no en el sueño, y haberlo perdido de nuevo. Pero trató de tranquilizarse y para ello se dijo: "Calma Nicolás, piensa qué puedes hacer y no lo des todo por perdido"
Entonces lo primero que hizo fue respirar fuerte, una, dos, tres, cuatro veces, y a la quinta tuvo una idea luminosa.
Vio encima de la mesa del mago un libro de hechizos mágicos. Y miró en el índice y vio: "El embrujo de una niña convertida en mariposa". Ahí estaba la solución, encima de esa mesa.
Tomó nota en su cabeza, no tenía papel ni boli; lo tuvo que aprender porque estaba en juego la vida de su amiga y la suya propia, ya que dependía de ella para ser feliz. Y aprendió el contra conjuro, solo le faltaba ponerlo en práctica.
Entonces lo primero que hizo fue respirar fuerte, una, dos, tres, cuatro veces, y a la quinta tuvo una idea luminosa.
Vio encima de la mesa del mago un libro de hechizos mágicos. Y miró en el índice y vio: "El embrujo de una niña convertida en mariposa". Ahí estaba la solución, encima de esa mesa.
Tomó nota en su cabeza, no tenía papel ni boli; lo tuvo que aprender porque estaba en juego la vida de su amiga y la suya propia, ya que dependía de ella para ser feliz. Y aprendió el contra conjuro, solo le faltaba ponerlo en práctica.