El joven Nicolás, ya convertido en hombre, cojió el huevo, de dragón, pero.. el dragón le vio, y quiso terminar con el joven de una bocanada de fuego. Pero Nicolás que ya tenía el huevo en sus manos, no sabía que podía hacer. Si lo soltaba, no habría servido de nada el esfuerzo, de haber subido a la montaña encantada, y si, se convertía en águila, no podría cogerlo, y entonces el huevo se le caería, así, que no supo que hacer.
Pero.. entonces recordó al anciano, y sin pensarlo, cerró los ojos, y...! fue, algo! increible!, se había vuelto invisible, y ante los ojos atónitos del dragón, Nicolás bajó la montaña encantada, y se dirigió...
Pero.. entonces recordó al anciano, y sin pensarlo, cerró los ojos, y...! fue, algo! increible!, se había vuelto invisible, y ante los ojos atónitos del dragón, Nicolás bajó la montaña encantada, y se dirigió...