El joven Nicolás se dirigió al Castillo donde creía estaba Elsa. Como era invisible pudo acceder a la torre sin dificultad pero su desilusión fue mayúscula pues allí no estaba su amada.
Se quedó con el huevo en la mano sin saber que hacer de él y preguntándose qué habría sido de Elsa. Pensó un poco... y ¡claro!; se dio cuenta que la niña era en esos momentos Majestuosa, la mas bella de las mariposas y por eso no estaba en la fortaleza. Estaría en el prado encantado y hacia allí se dirigiría.
Antes de salir, todavía tuvo otra idea Nicolás. Buscó la estancia donde había encontrado el libro de los hechizos, y se lo llevó con él. No quería que el mago lo tuviera mas pues solamente lo había utilizado para la maldad. De ninguna manera quería que siguiera haciendo sufrir a mas gente, pues el mal que el tenía procedía de las fechorías del mago, y no quería que nadie lo padeciese.
Se guardó el libro entre sus ropajes y salió en busca de Elsa.
Se quedó con el huevo en la mano sin saber que hacer de él y preguntándose qué habría sido de Elsa. Pensó un poco... y ¡claro!; se dio cuenta que la niña era en esos momentos Majestuosa, la mas bella de las mariposas y por eso no estaba en la fortaleza. Estaría en el prado encantado y hacia allí se dirigiría.
Antes de salir, todavía tuvo otra idea Nicolás. Buscó la estancia donde había encontrado el libro de los hechizos, y se lo llevó con él. No quería que el mago lo tuviera mas pues solamente lo había utilizado para la maldad. De ninguna manera quería que siguiera haciendo sufrir a mas gente, pues el mal que el tenía procedía de las fechorías del mago, y no quería que nadie lo padeciese.
Se guardó el libro entre sus ropajes y salió en busca de Elsa.