El sueño pudo con German, pero las estrellas temían que el joven pintor, se congelara de frío. Así que entre todas las estrellas, decidieron despertarle, con destellos, y así siguiera pintando a la luna.
Eran tan luminosos, los destellos, que producían las estrellas, qué German se despertó, y como pudo hizo un boceto con carboncillo de la luna.
Ya en casa, se tomó una taza de leche caliente, y recordando lo que le había sucedido, con la estrellas, entonces fué cuando comprendió, que los destellos de estas, hicieran que se despertara, y así el poder grabar la imagen de la Luna, Catalina, en su mente. Pero había algo que el joven pintor, vio algo en la luna, que le provocaba....
Eran tan luminosos, los destellos, que producían las estrellas, qué German se despertó, y como pudo hizo un boceto con carboncillo de la luna.
Ya en casa, se tomó una taza de leche caliente, y recordando lo que le había sucedido, con la estrellas, entonces fué cuando comprendió, que los destellos de estas, hicieran que se despertara, y así el poder grabar la imagen de la Luna, Catalina, en su mente. Pero había algo que el joven pintor, vio algo en la luna, que le provocaba....
una sensibiliad especial, una inquietud divina,
su blanca cara, sus grandes ojos, con pomulos enrriquecidos por el misterio astral, en su boca de podía dibujar los ardientes atardeceres, secretos del firmamento, noches de luz y de tinieblas,
Oscuridad y silencios, luces y firmamentos, y a la vez que timidez, arrogancia planeamiento, vitalidad, fuerza, encrudecimiento... desconciertos.
La explendorosa luna, llena de tantos ciertos, tambien estaba vacía, y llena de sentimientos.
German se preguntaba, con tantos encantamientos, ¿por que su tez poseía rasgos de sentimientos?
De pronto amanecía el cuadro de encantamiento, pero le faltaba algo, algo que el pintor veía pero que no podía decifrar.
¿que te falta bella luna? decía para poder completar su obra.
German no dejaba de mirar al cielo, llegaba el amanecer, rojos destellos producía entusiasmado el sol.
Oscuridad y silencios, luces y firmamentos, y a la vez que timidez, arrogancia planeamiento, vitalidad, fuerza, encrudecimiento... desconciertos.
La explendorosa luna, llena de tantos ciertos, tambien estaba vacía, y llena de sentimientos.
German se preguntaba, con tantos encantamientos, ¿por que su tez poseía rasgos de sentimientos?
De pronto amanecía el cuadro de encantamiento, pero le faltaba algo, algo que el pintor veía pero que no podía decifrar.
¿que te falta bella luna? decía para poder completar su obra.
German no dejaba de mirar al cielo, llegaba el amanecer, rojos destellos producía entusiasmado el sol.