Con un asno prestado:
Domingo de Ramos
Jesús sube a Jerusalén porque así lo exige su comapromiso por el Reino. Sube sin nada (sin dinero, sin
ejército...). Viene a cuerpo, con un grupo
amigos/seguidores, de manera que tiene que pedir > prestado un asno,< para realizar de esa manera un signo de paz. No tiene nada y, sin embargo, puede ofrecerlo todo, abriendo en la ciudad de las contradicciones de este mundo un camino y meta de esperanza. Su tarea está vinculada a la respuesta de Jerusalén. Por eso, su entrada en la ciudad es fundamental para conocer su propuesta y para valorar su vida.