NOCHES EN LA CARRETERA
Aquel camionero que se pasó noches enteras en la carretera, su vida de hombre soltero, la llevo a cabo sin desearse casar, y cuando los años se le echaron encima, intento cambiar de vida, incluso estuvo a punto de dejar su oficio de camionero, y buscar algo de trabajo en la ciudad, más era muy difícil, sus largas horas circulando por toda España, y cargando y descargando mercancías por distintos lugares, le habían hecho un hombre duro, más las noches sin dormir, con las carreteras teniendo nieve y lluvia, y el hielo en algunos recorridos, le daban que pensar, Una noche subiendo Despeñaperros, la vista empezó haciéndole raras muecas, y con solo un ojo funcionándole pudo llegar a Madrid, Tenía desprendimiento de retina, en el Hospital enseguida le ingresaron, y pronto le operaron, tuvo que pasar muchos días en el Hospital, y luego en casa de su hermana, donde normalmente pasaba sus días libres, En la empresa donde él era reconocido como un buen camionero, le comentaron, no sé si en la revista del carnet de conducir te dejaran pasar, mientras tanto te mandaremos con una furgoneta, para que puedas seguir trabajando sin tanta responsabilidad, El hombre con casi sesenta años se vio hundido, no podía creer que pasara esto después de llevar casi treinta y cinco años en dicha empresa, Más no podía negarse, la seguridad social no le daba la jubilación anticipada, por dicho problema, y aquel camionero se veía por las calles de Madrid dando bandazos, y como él decía, Tengo más peligro aquí que en las distintas carreteras de España. Parece ser que su vista fue a peor, teniendo que dejar de conducir, y quedándose prácticamente ciego, En la casa de su hermana, los sobrinos le ayudaban a darse su paseo diario, Pero aquel hombre se notaba amargado, la vida le había dado un castigo inmerecido, y pronto le dirigieron a la ONCE, para poder ser un hombre que él sólo se pudiera arreglar, cosa que pronto comenzó a practicar para aprender andar por la calle y saber vestirse y demás cosas que el ser humano precisa a diario. De vez en cuando recordaba su vida en la carretera, semanas enteras sin ver a su familia, ni descansar en la ciudad que vivía, y en el estado que tenía con su vista, era para el resto de su vida, de poco le valía haber pasado noches enteras, circulando por carreteras y autovías peligrosas, ahora era un ciego aprendiendo a ser persona, Que dura es la vida para muchas personas, que se han sacrificado y terminan en una soledad terrible, después de pasar muchas horas sacrificadas. G X Cantalapiedra.
Aquel camionero que se pasó noches enteras en la carretera, su vida de hombre soltero, la llevo a cabo sin desearse casar, y cuando los años se le echaron encima, intento cambiar de vida, incluso estuvo a punto de dejar su oficio de camionero, y buscar algo de trabajo en la ciudad, más era muy difícil, sus largas horas circulando por toda España, y cargando y descargando mercancías por distintos lugares, le habían hecho un hombre duro, más las noches sin dormir, con las carreteras teniendo nieve y lluvia, y el hielo en algunos recorridos, le daban que pensar, Una noche subiendo Despeñaperros, la vista empezó haciéndole raras muecas, y con solo un ojo funcionándole pudo llegar a Madrid, Tenía desprendimiento de retina, en el Hospital enseguida le ingresaron, y pronto le operaron, tuvo que pasar muchos días en el Hospital, y luego en casa de su hermana, donde normalmente pasaba sus días libres, En la empresa donde él era reconocido como un buen camionero, le comentaron, no sé si en la revista del carnet de conducir te dejaran pasar, mientras tanto te mandaremos con una furgoneta, para que puedas seguir trabajando sin tanta responsabilidad, El hombre con casi sesenta años se vio hundido, no podía creer que pasara esto después de llevar casi treinta y cinco años en dicha empresa, Más no podía negarse, la seguridad social no le daba la jubilación anticipada, por dicho problema, y aquel camionero se veía por las calles de Madrid dando bandazos, y como él decía, Tengo más peligro aquí que en las distintas carreteras de España. Parece ser que su vista fue a peor, teniendo que dejar de conducir, y quedándose prácticamente ciego, En la casa de su hermana, los sobrinos le ayudaban a darse su paseo diario, Pero aquel hombre se notaba amargado, la vida le había dado un castigo inmerecido, y pronto le dirigieron a la ONCE, para poder ser un hombre que él sólo se pudiera arreglar, cosa que pronto comenzó a practicar para aprender andar por la calle y saber vestirse y demás cosas que el ser humano precisa a diario. De vez en cuando recordaba su vida en la carretera, semanas enteras sin ver a su familia, ni descansar en la ciudad que vivía, y en el estado que tenía con su vista, era para el resto de su vida, de poco le valía haber pasado noches enteras, circulando por carreteras y autovías peligrosas, ahora era un ciego aprendiendo a ser persona, Que dura es la vida para muchas personas, que se han sacrificado y terminan en una soledad terrible, después de pasar muchas horas sacrificadas. G X Cantalapiedra.