CUANDO SE FUERON FAMILIAS PARA BRASIL
Era el año 1898, y en La Seca sobraba mano de obra de trabajar en la agricultura, Aquel mes de mayo fue fatídico. Me decía un señor apodado “Perico Punceno”, que vivía en la Calle del Parchel, cuando yo tenía unos ocho años, Que el día 25, de mayo de aquel año ruinoso para el campo, había caído una helada que dejó sin cosecha al campo. El señor este estaba recobijando, que era echar tierra sobe el acobijo de las viñas, y al hacerse de día el sol empezó a lucir, viendo como los pámpanos de las cepas se quedaban heladas sin verdor, los trigales, cebadas, y otros cereales se quedaban sin poder dar su fruto, no espigaron ni aquel año se cogió cosecha de uva, y empezó la emigración forzosa, y unas 16, familias se marcharon a Brasil, entre las muchas familias que salieron buscando su vida donde fuera. Una de esas familias eran primos hermanos de mi abuela paterna, y en su despedida cantaban una canción que mi abuela me la repetía, decía así. Yo me embarco para Brasil que es tierra donde hay dinero y el jornalero podrá vivir, fueron años de comunicarse con algún familiar en esa Villa, Hasta que la guerra incivil española rompió sus contactos, nadie supo de su final en esa tierra americana, incluso hubo personas que marcharon para Argentina, Cuba. Francia. Y algún otro país de la América Latina. Luego años más tarde empezaron las emigraciones por todo el Norte de España, siendo Vizcaya el centro de esas personas que se dejaron su vida trabajando en minas y fundiciones, y en La Ría del Nervión tuvieron su forma de vivir dignamente.
Los labradores que tenían reservas de dinero y cereales, almacenados en La Cilla, encima de Los Soportales, pudieron salir adelante con su esfuerzo y economía flaqueada. Aquel año empezó la emigración forzosa, que ha durado hasta el año 1970.
HISTORIA REAL Y VERDADERA. DE ESA VILLA CASTELLANA. G X Cantalapiedra.
Era el año 1898, y en La Seca sobraba mano de obra de trabajar en la agricultura, Aquel mes de mayo fue fatídico. Me decía un señor apodado “Perico Punceno”, que vivía en la Calle del Parchel, cuando yo tenía unos ocho años, Que el día 25, de mayo de aquel año ruinoso para el campo, había caído una helada que dejó sin cosecha al campo. El señor este estaba recobijando, que era echar tierra sobe el acobijo de las viñas, y al hacerse de día el sol empezó a lucir, viendo como los pámpanos de las cepas se quedaban heladas sin verdor, los trigales, cebadas, y otros cereales se quedaban sin poder dar su fruto, no espigaron ni aquel año se cogió cosecha de uva, y empezó la emigración forzosa, y unas 16, familias se marcharon a Brasil, entre las muchas familias que salieron buscando su vida donde fuera. Una de esas familias eran primos hermanos de mi abuela paterna, y en su despedida cantaban una canción que mi abuela me la repetía, decía así. Yo me embarco para Brasil que es tierra donde hay dinero y el jornalero podrá vivir, fueron años de comunicarse con algún familiar en esa Villa, Hasta que la guerra incivil española rompió sus contactos, nadie supo de su final en esa tierra americana, incluso hubo personas que marcharon para Argentina, Cuba. Francia. Y algún otro país de la América Latina. Luego años más tarde empezaron las emigraciones por todo el Norte de España, siendo Vizcaya el centro de esas personas que se dejaron su vida trabajando en minas y fundiciones, y en La Ría del Nervión tuvieron su forma de vivir dignamente.
Los labradores que tenían reservas de dinero y cereales, almacenados en La Cilla, encima de Los Soportales, pudieron salir adelante con su esfuerzo y economía flaqueada. Aquel año empezó la emigración forzosa, que ha durado hasta el año 1970.
HISTORIA REAL Y VERDADERA. DE ESA VILLA CASTELLANA. G X Cantalapiedra.