Y ESTE PERSONAJE ES LA CARA DE LA MONARQUIA..
La Policía Judicial ha identificado a Gustavo Alberto Newton Herrera, un panameño de 50 años, como el testaferro de Iñaki Urdangarin y Diego Torres en Belice.
Newton recibe un salario de 150 euros mensuales por hacer de 'hombre de paja' en el paraíso fiscal caribeño. Está contratado por el duque de Palma y su socio para que figure como el propietario oficial de los fondos desviados desde las arcas del Instituto Nóos al extranjero a través de una sociedad barcelonesa especializada en el montaje de estructuras societarias fiduciarias internacionales: Braxton Consulting.
Dicho entramado sirve para que figure este ciudadano panameño como responsable en última instancia y no aparezca ningún rastro del marido de la Infanta Cristina ni de su mano derecha en la información pública de las entidades empleadas por Urdangarin y Torres para evadir capitales.
El duque de Palma llegó a emplear 36.000 euros en montar lo que la Fiscalía Anticorrupción y el juez Castro denominan una "estructura societaria fiduciaria" para colocar los fondos que el Instituto Nóos recibía de administraciones públicas y empresas privadas en Belice y Reino Unido.
La Policía Judicial ha identificado a Gustavo Alberto Newton Herrera, un panameño de 50 años, como el testaferro de Iñaki Urdangarin y Diego Torres en Belice.
Newton recibe un salario de 150 euros mensuales por hacer de 'hombre de paja' en el paraíso fiscal caribeño. Está contratado por el duque de Palma y su socio para que figure como el propietario oficial de los fondos desviados desde las arcas del Instituto Nóos al extranjero a través de una sociedad barcelonesa especializada en el montaje de estructuras societarias fiduciarias internacionales: Braxton Consulting.
Dicho entramado sirve para que figure este ciudadano panameño como responsable en última instancia y no aparezca ningún rastro del marido de la Infanta Cristina ni de su mano derecha en la información pública de las entidades empleadas por Urdangarin y Torres para evadir capitales.
El duque de Palma llegó a emplear 36.000 euros en montar lo que la Fiscalía Anticorrupción y el juez Castro denominan una "estructura societaria fiduciaria" para colocar los fondos que el Instituto Nóos recibía de administraciones públicas y empresas privadas en Belice y Reino Unido.