MI PEQUEÑA HISTORIA: Mis abuelos maternos emigraron de Vélez-Málaga hacia 1890, vivieron en Dolores (Bs. As.) cerca de 30 años, donde nacieron sus 12 hijos; se trasladaron a campos de Lobería. Mi madre se casó con un gallego emigrado en 1920 desde Cabanas (A Coruña). Mis hermanos nacieron en Necochea y mi hermana y yo en Lobería. En 1957 emigramos a Mar del Plata; en ese mismo año emigró desde Pola de Lena (Asturias) mi marido, vivió en Avellaneda, emigró a Mar del Plata en 1965 - Nos casamos; emitramos a Santiago de Chile en 1972, regresamos a Mar del Plata en 1973, tuvimos dos hijos y en 1976 emigramos a Toledo (España), aquí tuvimos una hija - actualmente tenemos 3 nietos y otro en camino desde Etiopía. El emigrar es muy duro, pero no por el relamido tema de la patria, es duro porque rompes, a la edad en que se produce, rompes con un entorno que es lo que te permite vivir, rodeado de mucho amor, de pronto tienes que empezar a buscar nuevos cariños y a una edad a veces es imposible; cambian tus modos de vivir, de sentir. Aprendes a ser feliz con muy poquito y creas otro mundo nuevo en torno a eso. Hoy no rompes tan facilmente con el "otro lado", las comunicaciones son diarias. Mi madre me escribía una carta semanal!