Vladimir Ilich Lenin se encuentra en el lecho de muerte con Stalin a su lado, le agarra de la mano y le dice con la voz muy debilitada.
– La única duda que tengo, querido Iosif, es si la gente te seguirá. ¿Crees que lo hará?
– Lo hará, Vladimir, lo hará, estoy completamente seguro.
– Eso creo, pero, ¿qué pasa si no te siguen?
– Descuida, que en ese caso te seguirán a ti.
– La única duda que tengo, querido Iosif, es si la gente te seguirá. ¿Crees que lo hará?
– Lo hará, Vladimir, lo hará, estoy completamente seguro.
– Eso creo, pero, ¿qué pasa si no te siguen?
– Descuida, que en ese caso te seguirán a ti.