José Luis Rodríguez Zapatero

El crepúsculo de un ídolo:
Foto enviada por Castor



Amigo Castor: Cuando delante de tus ojos aparece algo, quew remueve el interior despierta hasta el alma dormida. Yo estaba a punto de bajar a regar las flores del jardín: ardua tarea porque hay muchas... y porque hasta les hablo! Claro que les hablo en silencio! Les hablo, en ese silencio que es paz. En ese sosuiego, que me aparta de mas allá de la vaya, donde hay auroras para unos, transitorias para otros, y un numeroso grupo que suplica.
Estoy diciendo, muchacho amigo, que yo también río y lloro ... (ver texto completo)
Esta usted en su derecho de hacer lo que le pida el "bodi" y la mente del "bodi" èmplear sus cinco sentidos basicos en lo que le plazca ahí radica la libertad y el contraste de pareceres. Osea la demodracia popular que no la organica

Saludos
El crepúsculo de un ídolo:
Negro panorama de todos los días: no hay trabajo, no hay futuro, no hay salida.
Oigo una risa salvaje, histérica... Y luego un silencio profundo, ininterrumpido. Estás llorando. Sí, ya lo sé, el mundo se manifiesta como el demencial que es. ¡Inocente!: ¿qué te creías, que tú te ibas a librar de la caída, de la defenestración, de la traición que conlleva toda ostentación de poder? Acabarás tan ridículo como Parsifal... Anda, continua esta farsa un poco más. No te apures, ... (ver texto completo)
Amigo Castor: Cuando delante de tus ojos aparece algo, quew remueve el interior despierta hasta el alma dormida. Yo estaba a punto de bajar a regar las flores del jardín: ardua tarea porque hay muchas... y porque hasta les hablo! Claro que les hablo en silencio! Les hablo, en ese silencio que es paz. En ese sosuiego, que me aparta de mas allá de la vaya, donde hay auroras para unos, transitorias para otros, y un numeroso grupo que suplica.
Estoy diciendo, muchacho amigo, que yo también río y lloro ... (ver texto completo)
El crepúsculo de un ídolo:
Negro panorama de todos los días: no hay trabajo, no hay futuro, no hay salida.
Oigo una risa salvaje, histérica... Y luego un silencio profundo, ininterrumpido. Estás llorando. Sí, ya lo sé, el mundo se manifiesta como el demencial que es. ¡Inocente!: ¿qué te creías, que tú te ibas a librar de la caída, de la defenestración, de la traición que conlleva toda ostentación de poder? Acabarás tan ridículo como Parsifal... Anda, continua esta farsa un poco más. No te apures, ... (ver texto completo)