LO QUE DECIAN LOS CRONISTAS SOBRE UN FALDERO LLAMADO AZNAR....
El deseo de notoriedad y la envidia
Aznar ha sido famoso por su absoluta carencia de carisma. Frente a las importantes e influyentes figuras políticas de Adolfo Suárez y Felipe González, Aznar no puede ofrecer más que un Partido Popular absolutamente monolítico y la obediencia ciega que le profesan sus subordinados. Escaso bagaje para un político que ha llegado a la presidencia del gobierno.
En la escena internacional, Felipe González tenía un considerable peso en la Internacional Socialista (teniendo en cuenta la escasa relevancia de España en el panorama internacional) y su figura era bien considerada en los países latinoamericanos, que veían la transición española y el posterior desarrollo económico y social como un modelo a seguir en los años que las dictaduras militares iban dejando paso a las democracias.
Aznar, en cambio, no había conseguido nada en el terreno internacional, salvo una inquietante amistad con Tony Blair (inquietante para Blair, cuya "tercera vía" resultó ser sospechosamente similar a la política de derecha que practica Aznar).
Dicha camaradería le debió inspirar para intentar mayores cotas, y apuntó más alto, al mismísimo "sheriff mundial", el pistolero Bush.
Se puede apreciar perfectamente la baba en la punta del bigote del dirigente español cuando se "hace la foto" junto a los grandes del "mundo mundial". El brazo de Bush oportunamente colocado sobre el hombro de Aznar seguramente es motivo de ampliación tamaño póster en el dormitorio del "jeque popular". Imagen que a muchos españoles nos provocó inevitables nauseas por la patética imagen ofrecida por el representante de España.
Obediente como pocas, la ministra española de Exteriores siguió la línea de su jefe haciendo otro espantoso y balbuceante ridículo en su comparecencia junto a Colin Powell.
El deseo de notoriedad y la envidia
Aznar ha sido famoso por su absoluta carencia de carisma. Frente a las importantes e influyentes figuras políticas de Adolfo Suárez y Felipe González, Aznar no puede ofrecer más que un Partido Popular absolutamente monolítico y la obediencia ciega que le profesan sus subordinados. Escaso bagaje para un político que ha llegado a la presidencia del gobierno.
En la escena internacional, Felipe González tenía un considerable peso en la Internacional Socialista (teniendo en cuenta la escasa relevancia de España en el panorama internacional) y su figura era bien considerada en los países latinoamericanos, que veían la transición española y el posterior desarrollo económico y social como un modelo a seguir en los años que las dictaduras militares iban dejando paso a las democracias.
Aznar, en cambio, no había conseguido nada en el terreno internacional, salvo una inquietante amistad con Tony Blair (inquietante para Blair, cuya "tercera vía" resultó ser sospechosamente similar a la política de derecha que practica Aznar).
Dicha camaradería le debió inspirar para intentar mayores cotas, y apuntó más alto, al mismísimo "sheriff mundial", el pistolero Bush.
Se puede apreciar perfectamente la baba en la punta del bigote del dirigente español cuando se "hace la foto" junto a los grandes del "mundo mundial". El brazo de Bush oportunamente colocado sobre el hombro de Aznar seguramente es motivo de ampliación tamaño póster en el dormitorio del "jeque popular". Imagen que a muchos españoles nos provocó inevitables nauseas por la patética imagen ofrecida por el representante de España.
Obediente como pocas, la ministra española de Exteriores siguió la línea de su jefe haciendo otro espantoso y balbuceante ridículo en su comparecencia junto a Colin Powell.