Diego Cañamero Valle
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Algunos dirigentes de la CGT quieren vender herbicidas en las tiendas donde se venden verduras, es decir, se han convertido en ecologistas y en Monsanto.
Otra vez vuelven a atacar a Marinaleda y a su alcalde Juan Manuel Sánchez Gordillo.
El otro día me llamó un periodista de la CUATRO pidiéndome información sobre Marinaleda. En ese momento yo creí que era para preguntarme sobre las 1.200 hectáreas de tierra que consiguieron hace más de 20 años donde hicieron una coopertiva de segundo grado, la cual ha generado más de un millón de jornales, o sobre la fábrica de pimientos de piquillo, habas o alcachofas o del molino de aceite que da empleo a medio pueblo o de las más de 300 viviendas sociales construidas en las que los adjudicatarios pagan 20€ al mes, o acerca de que es la única corporación municipal del estado donde no hay ninguna factura de dietas ni nóminas de ningún concejal liberado...
Pero no era para eso. El "periodista" me llamó por una denuncia que había puesto la CGT, que al parecer, ahora se han convertido en los defensores de los derechos de la clase obrera de Marinaleda por un supuesto "despido" de una trabajadora de ayuda a domicilio.
Estos "sindicalistas de izquierdas" le están abriendo las puertas a VOX, a los periodistas mercenarios y a los terratenientes de ASAJA para que monten las campañas que suelen hacer contra el único pueblo de europa que ha conseguido las conquistas sociales más importantes para sus vecinos/as.
Si los dirigentes de la CGT no rectifican su comportamiento contra este noble pueblo y su alcalde, dejarán claro de qué lado están y al parecer, con el último comunicado que han subido a sus redes ya se han posicionado.
¡Qué pena! Decimos que hay que luchar por un mundo mejor pero luego todos esos que se llenan la boca con estas palabras son los que se dedican a destruir y desprestigiar todo lo que se ha conseguido en este rincón del mundo y deteriorar a su alcalde, que es una de las personas más comprometidas y entregadas a la causa de los trabajadores/as.
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Algunos dirigentes de la CGT quieren vender herbicidas en las tiendas donde se venden verduras, es decir, se han convertido en ecologistas y en Monsanto.
Otra vez vuelven a atacar a Marinaleda y a su alcalde Juan Manuel Sánchez Gordillo.
El otro día me llamó un periodista de la CUATRO pidiéndome información sobre Marinaleda. En ese momento yo creí que era para preguntarme sobre las 1.200 hectáreas de tierra que consiguieron hace más de 20 años donde hicieron una coopertiva de segundo grado, la cual ha generado más de un millón de jornales, o sobre la fábrica de pimientos de piquillo, habas o alcachofas o del molino de aceite que da empleo a medio pueblo o de las más de 300 viviendas sociales construidas en las que los adjudicatarios pagan 20€ al mes, o acerca de que es la única corporación municipal del estado donde no hay ninguna factura de dietas ni nóminas de ningún concejal liberado...
Pero no era para eso. El "periodista" me llamó por una denuncia que había puesto la CGT, que al parecer, ahora se han convertido en los defensores de los derechos de la clase obrera de Marinaleda por un supuesto "despido" de una trabajadora de ayuda a domicilio.
Estos "sindicalistas de izquierdas" le están abriendo las puertas a VOX, a los periodistas mercenarios y a los terratenientes de ASAJA para que monten las campañas que suelen hacer contra el único pueblo de europa que ha conseguido las conquistas sociales más importantes para sus vecinos/as.
Si los dirigentes de la CGT no rectifican su comportamiento contra este noble pueblo y su alcalde, dejarán claro de qué lado están y al parecer, con el último comunicado que han subido a sus redes ya se han posicionado.
¡Qué pena! Decimos que hay que luchar por un mundo mejor pero luego todos esos que se llenan la boca con estas palabras son los que se dedican a destruir y desprestigiar todo lo que se ha conseguido en este rincón del mundo y deteriorar a su alcalde, que es una de las personas más comprometidas y entregadas a la causa de los trabajadores/as.