Es moraleja de un viejo cuentecillo y expresa que los defectos de las personas no se advierten a primera vista. Suele ponerse en boca del que descubre el engaño o la malicia de otro.
Es una forma más elegante de dar por concluido un debate que mandar a nadie a "freír espárragos".
saludos.
Es una forma más elegante de dar por concluido un debate que mandar a nadie a "freír espárragos".
saludos.