El cielo estaba tranquilo y sereno. Habían cesado los combates entre las aeronaves de las distintas potencias beligerantes. Los bombardeos habían cesado y numerosos países tenían sus principales ciudades convertidas en escombros. De pronto, ua maravillosa cruz se extendió por el firmamento y las naciones quedaron estupefactas. ¿Adivináis lo que sucedió después?