Queda nitidamente claro que en España, para una convivencia pública en paz utilizando cada uno sus derechos sin limitar los de otro, es necesario suprimir todas las algarabías callejeras que de una u otra forma entorpecen la libertad personal de muchos ciudadanos y por su enorme proliferación, su nulo beneficio social, su falta de regulación (que pone en grave riesgo la evacuación de enfermos, la extinción de incendios y otros servicios públicos) y su falta de permiso de la autoridad las procesiones de semana santa en la vía pública son las algarabías que primero hay que suspender.
saludos.
saludos.
Señor Iberia. respetando su opinión, se da usted cuenta, el daño que haría en la economía de varias ramas de negocios, los extranjeros vienen a España, y dejan unos buenos dividendos, los hoteles se llenan, los bares también, los demás negocios venden, todo ello conlleva a que aya gente trabajando, de hay salen los impuestos que sirven para pagar, jubilaciones y subsidios de desempleo, si lo mira bien mas de uno de los que escriben, en este foro de la mañana a la noche
viven de ello, y ahora me marcho tengo que salir de nazareno con la Macarena, y hay que estar en la basílica bastante antes de la salida.
Saludos.
viven de ello, y ahora me marcho tengo que salir de nazareno con la Macarena, y hay que estar en la basílica bastante antes de la salida.
Saludos.
Si señor, comprendo que desde un punto de vista económico es mucho el perjuicio que se origina con la eliminación de los ritos procesionales, pero,! alto ahí!; yo, aunque no tenga beneficios ni perjuicios, no abogo por la eliminación de tales ritos, faltaría menos, sólo pido tolerancia para quienes pasamos de ellos y eso significa que al menos en semana santa cuya proliferación ha llegado al máximo, (no el resto del año) sean desarrollados en forma que sean respetuosos con los ciudadanos que tienen que salir de su ciudad para evitar las molestías que no son pocas, es decir que sean regulados no sólo para evitar encontronazos entre hermandades y cofradias, sino para no coartar la libertad de otros que teóricamente parecen minorías (porque no gritan ni tocan tambores y trompetas) y naturalmente no ocupar caprichosamente, arropados con una gabardina de devoción y fe, las vías públicas durante ocho o más días en períodos de horas y horas y horas, que habiliten un lugar para ello, eso es todo. Por opinar así ¿soy intolerante o la intolerancia está en el contrario?.
saludos.
saludos.