Ya viene la dichosa "Semana Santa" y tras de ella el correspondiente "escándalo" como la canción de Raphel:! escándalo!,! escándalo!..
Algún creyente me dirá que hay gente con fervor religioso y merece todo el respeto del mundo, pero (siempre hay un pero) los que no tenemos ningún fervor religioso también debemos ser respetados y en el caso de las algarabías procesionales, sobre todo en Andalucía y más concretamente en Sevilla, a los únicos que se nos pide tolerancia es a nosotros, cuando la intolerancia de los religiosos no puede justificarse bajo ningún prisma de sentido común.
Imagínate que resides en una capital donde abundan las procesiones y concretamente en Semana Santa hay como mínimo dos-tres diarias, que se cortan al tráfico rodado las vías urbanas más importantes y que en muchos tramos dificultan el deambular andando, que los enfermos, trabajadores nocturnos que deben descansar de día y diurnos que tengan que madrugar están obligados a que el escándalo de tambores, trompetas, saetas, bullicio, etc. entre en sus hogares a través de las rendijas de sus entradas por muy cerradas que se tengan, que la única previsión de hermandades, cofradías, asociaciones etc. es planificar los horarios de tal forma que no coincidan dos procesiones en el mismo punto, sin tener en cuenta si se bloquean calles para el paso de ambulancias, bomberos, policía etc. y que además tu no tienes religiosidad y tienes que aguantar estos actos celebrados sin ton ni son en las vías públicas urbanas, por qué no celebran tales ritos en campo abierto o en sus templos o locales cerrados.
Si los motivos de tener que aguantar tanta incomodidad lo es para que el ramo de la hostelería aumente sus ingresos con el turismo, pues que destinen una parte de tales ingresos para aquellos que sufren las molestias sin beneficio alguno y les compensen de alguna forma su aguante.
saludos
Algún creyente me dirá que hay gente con fervor religioso y merece todo el respeto del mundo, pero (siempre hay un pero) los que no tenemos ningún fervor religioso también debemos ser respetados y en el caso de las algarabías procesionales, sobre todo en Andalucía y más concretamente en Sevilla, a los únicos que se nos pide tolerancia es a nosotros, cuando la intolerancia de los religiosos no puede justificarse bajo ningún prisma de sentido común.
Imagínate que resides en una capital donde abundan las procesiones y concretamente en Semana Santa hay como mínimo dos-tres diarias, que se cortan al tráfico rodado las vías urbanas más importantes y que en muchos tramos dificultan el deambular andando, que los enfermos, trabajadores nocturnos que deben descansar de día y diurnos que tengan que madrugar están obligados a que el escándalo de tambores, trompetas, saetas, bullicio, etc. entre en sus hogares a través de las rendijas de sus entradas por muy cerradas que se tengan, que la única previsión de hermandades, cofradías, asociaciones etc. es planificar los horarios de tal forma que no coincidan dos procesiones en el mismo punto, sin tener en cuenta si se bloquean calles para el paso de ambulancias, bomberos, policía etc. y que además tu no tienes religiosidad y tienes que aguantar estos actos celebrados sin ton ni son en las vías públicas urbanas, por qué no celebran tales ritos en campo abierto o en sus templos o locales cerrados.
Si los motivos de tener que aguantar tanta incomodidad lo es para que el ramo de la hostelería aumente sus ingresos con el turismo, pues que destinen una parte de tales ingresos para aquellos que sufren las molestias sin beneficio alguno y les compensen de alguna forma su aguante.
saludos