Del mas allá, de la eternidad cuando ya no existamos no podremos saber. Pero lo que vivimos en esta vida, cómo lo vivimos, sentimos, pensamos; pasa a nuestros hijos, amigos; y lo que somos viene de los que nos precedieron. Es como la cadena del genoma humano. Cualquier huella nuestra o de los nuestros queda impresa en la siguiente generación, si somos conscientes de que lo que tengamos que vivir es importante en sí y para los nuestros. No podemos detenernos en pensar solo en nosotros sino en lo que vamos a dejar cuando nos vayamos y en qué condiciones. Tanto en lo físico como en lo mental.
Ahora mismo me estoy tomando un gran vaso de eternidad. Quizás hasta sea un simulacro de menta poleo pero yo cuando lo tomo vivo mi tierra. Dónde lo cogía en algunas tardes de campo, acompañada e padres, tíos, hermanos y abuela. Todos entorno de una paella familiar y unos chorizos caseros conservados en aceite y... El aroma del campo en alguna època tan lejana pero en este mismo mes, pues es cuando allí se cogía el poleo. Lugares muy húmedos envueltos en una luz especial que si aparecía pronto ante tus ojos el tiempo se detenía. Impregnaba el olor hasta el último rincón de tu ser. Y hoy tengo un poco de aquellas últimas hierbas pero no me lo tomo, solo abro la bolsa y su perfume me embriaga. Prefiero tomar el sucedáneo, que a lo mejor hasta es cierto que se trate de menta poleo pero nunca será como el mío con todas las emociones y sentimientos que guardo. Su recuerdo me hace que este vaso me sepa a gloria en estos momentos. Se que son momentos que ya no volverán nunca. Son momentos que se quedaron en algún rincón de mi cerebro y los vuelvo a rememorar.
Salud
Ahora mismo me estoy tomando un gran vaso de eternidad. Quizás hasta sea un simulacro de menta poleo pero yo cuando lo tomo vivo mi tierra. Dónde lo cogía en algunas tardes de campo, acompañada e padres, tíos, hermanos y abuela. Todos entorno de una paella familiar y unos chorizos caseros conservados en aceite y... El aroma del campo en alguna època tan lejana pero en este mismo mes, pues es cuando allí se cogía el poleo. Lugares muy húmedos envueltos en una luz especial que si aparecía pronto ante tus ojos el tiempo se detenía. Impregnaba el olor hasta el último rincón de tu ser. Y hoy tengo un poco de aquellas últimas hierbas pero no me lo tomo, solo abro la bolsa y su perfume me embriaga. Prefiero tomar el sucedáneo, que a lo mejor hasta es cierto que se trate de menta poleo pero nunca será como el mío con todas las emociones y sentimientos que guardo. Su recuerdo me hace que este vaso me sepa a gloria en estos momentos. Se que son momentos que ya no volverán nunca. Son momentos que se quedaron en algún rincón de mi cerebro y los vuelvo a rememorar.
Salud
En verdad, conocemos el pasado y el presente, el futuro no ¿Y la eternidad? Menudo dilema. Todo lo que se diga o se ha dicho de élla son meras conjeturas.
Saludos.
Saludos.