La
Guardia Civil pone en libertad a la
mujer de El Chicle tras dejarlo sin coartada.
Tras cinco largas horas de interrogatorio, Rosario optó por dejar de proteger a su marido. Según fuentes del caso, no se vino abajo en ningún momento.
Cruz Morcillo.
Actualizado:
31/12/2017 02:47h.
La Guardia Civil ha puesto en libertad antes de pasar a disposición judicial a Rosario Rodríguez la mujer de Jose Enrique Abuín Gey «El Chicle», tras cambiar su versión sobre la noche en la que desapareció Diana Quer y confirmar a los investigadores que aquel 22 de agosto de 2016 su marido no estuvo en casa: había salido para ver el primer partido de liga del
Real Madrid contra la Real Sociedad en Anoeta. Tras un largo interrogatorio por parte de los especialistas de la Policía Judicial de la Comandancia de
La Coruña y los investigadores de la UCO desplazados, Rosario Rodríguez admitió que pudo equivocarse en las fechas.
Esta declaración ha dejado sin la principal coartada a su marido «El Chicle». La colaboración mostrada en las últimas 36 horas por la detenida, en principio en calidad de coautora, ha propiciado la decisión de los investigadores. En la tarde del sábado estaba previsto un registro en la
vivienda de la pareja en Outeiro (Rianxo), que finalmente fue suspendido. El registro de la vivienda comenzará este domingo a las 8:30 de la mañna y tras esta decisión de los investigadores, adelantada por ABC, todo indica que solo será trasladado al registro José Enrique Abuín Gey.
Los investigadores tenían en el punto de mira a «El Chicle» desde el inicio de la investigación, pero una vez que confirmaron que su coche, un Alfa Romeo, y él mismo habían estado en A Pobra la noche del 22 de agosto de 2016 y que un teléfono utilizado por él aparecía en los tres repetidores en los que fue recogido el de Diana decidieron imputarlo. Tras tomarle declaración, el sospechoso negó que aquella noche hubiera acudido a las
fiestas de A Pobra. Su mujer confirmó su versión, igual que otros
familiares. Y ese fue el principal escollo al que se enfrentaron los investigadores dado que tenía una coartada y que su mujer la corroboraba. El juez encargado de las pesquisas autorizó el registro de su vehículo, pero en el
turismo no se encontró ningún elemento relevante para la investigación.
Tras cinco largas horas de interrogatorio, Rosario optó por dejar de proteger a su marido. Según fuentes del caso, no se vino abajo en ningún momento.