La Poesía

En mi soledad escribo
Foto enviada por Ramsés



Me gusta pensar en ti sin nombre ni apellido. Mujer sólo, como la nube es la nube. Corriendo tú en el aire azul, con tu cabello rubio ondeando sobre tu carne blanca y violeta; junto al agua, bajo los pájaros verdes. Mujer sólo, sin señas del ahora, como la rosa es la rosa.
dame más amor o más desprecio;
lo helado, o el más ardiente calor,
traen igual calma a mi dolor;
lo templado nada me brinda;
cualquier extremo, de odio o amor,
es más dulce que cualquier delicia.

Dame una tormenta, si es amor,
al igual que Dánae en aquel baño dorado,
en placeres he de nadar; si muestra desdén, ... (ver texto completo)
Tuve un sueño esta noche
como si hubiese dormido,
su mirada ha carcomido
mi llanto, que aún persiste:
mi pequeña niña se ha ido,
se ha ido y ha dejado la tristeza,
¡Oh, aquella niña
que no era para este mundo!

allí en los altos cielos
a mi hija he buscado,
en un lejano tren asolado
por infantes justos y mansos,
vestidos de lirios blancos,
alumbrados por una lámpara;
cada uno fue claro a la vista,
más ninguno de ellos hablaba.

entonces, una pequeña tristeza,
mi niña se acercó hasta mí,
pero la luz que ella portaba
ya no quemaba en la lámpara.
ella, para aclarar mis dudas,
dijo, volviendo el rostro en penumbras:
apaga tus lágrimas, padre;
ya nunca debes llorar. ... (ver texto completo)
El amor es suficiente: aunque el mundo disminuya,
y los bosques no tengan voces salvo la voz de la pena,
aunque el cielo sea demasiado negro para que los débiles ojos
perciban el rubor dorado de las flores creciendo debajo,
aunque las colinas sean pilares de sombras, y el mar una maravilla oscura,
y ese día dibuje un velo sobre todos los hechos pasados,
sus manos no harán temblar, sus pies no harán vacilar;
el vacío no agotará ni el miedo alterará
estos labios y estos ojos de amante y amado.
Si la verdad del corazón del hombre
influyera en algo sobre el Cielo,
mi amor por ti nunca dejaría
que tu cuerpo muriese.

Si la firmeza de unos sentimientos
o el solo pensamiento me bastara,
podría el mundo terminar mañana
que tú jamás conocerías tumba.
... (ver texto completo)
Despierta, tiemblo al mirarte;
dormida, me atrevo a verte;
por eso, alma de mi alma,
yo velo mientras tú duermes.
Amo y al amar yo siento
que existo, que tengo vida
y soy mi fuga encendida
en constante nacimiento.

Amo y en cada momento
amar, es mi muerte urgida,
por un amor sin medida
en incesante ardimiento.

Mas cuando amar ya no intente
porque mi cuerpo apagado
vuelva a la tierra absorbente:

todo será devorado,
pero no el amor ardiente
de mi polvo enamorado. ... (ver texto completo)
Me dije en sueños: vale Dios,
también eres viejo, sesenta y dos;
te vas para abajo en cuerpo y cara,
¿cómo piensas en ti si no te sentaras
pronto en la fuente de la juventud
que la vieja piel también sudaras tú?
Si de todos mis vestidos me despojo,
en el sueño todo esto tengo a ojo;
a la fuente de la juventud me fui a bañar;
para quitarme las penas de la edad.

Al entrar en ella me desperté
y me rey de mi rejuvenecer;
pensé: llevaré en mis viejos días
la vieja piel que antes tenía,
no hay yerba que en la tierra crezca
que a mí, persona, me rejuvenezca. ... (ver texto completo)
Cuando el amor llega a las parejas enamoradas,
no hacemos la pareja perfecta,
hay romance, amor y risas
en la amistad que compartimos.

Nos preocupa lo suficiente como para escuchar,
confiar y entender,
para construir una vida juntos,
uno al lado del otro y de la mano.
... (ver texto completo)
El amor es una vellísima flor, pero
hay que tener el coraje de ir a
recogerla al borde de un precipicio.
Te amo para amarte y no para ser amado,
puesto que nada me place
tanto como verte a ti feliz.
estás enferma, ¡oh rosa!
El gusano invisible,
que vuela, por la noche,
en el aullar del viento,
tu lecho descubrió
de alegría escarlata,
y su amor sombrío y secreto
consume tu vida.
cielo sin pájaros, crepúsculo marino, una estrella solitaria
horada el Occidente,
como tú, corazón mío, recuerdas, tan vago, tan distante
el tiempo del amor.

la tierna mirada de los ojos claros y jóvenes, la cándida frente,
el fragante cabello,
descendiendo como a través del silencio desciende ahora
el crepúsculo desde el aire.

¿por qué pues, al recordar aquellas tímidas
y dulces tentaciones, me aflige
cuando el dulce amor que ella entregaba con un suspiro
era casi mio? ... (ver texto completo)
Del manantial brota agua fresca y pura,
la luna ilumina las noches oscuras,
el sol calienta la mañana fría,
pero tú le das vida al alma mía.
Conocía muy bien tu piel dorada,
la señal de peligro de tus ojos azules.
Sueños de profesor que comenzaba
a perder su futuro. Hace mucho surgiste
entre aquellos muchachos y muchachas
del bar acristalado de nuestra Escuela blanca,
desde donde veíamos el mar.
Me preguntan quién eres. Quizás, un día, expertos
en soledad y en crímenes pasados
buscarán, amparada en las palabras, ... (ver texto completo)