Que raro resulta a veces la manera en
que el amor se encuentra, lo buscas con
desesperación y pareciera que da la vuelta
y así nos tiene en suspenso de ver cuando
regresa esperando siempre esperando y
de repente brinda sorpresas.
Les cuento la historia mía solo por ver si interesa.
Allá cuando era muy joven me case con
una princesa, de esas que se encuentra
uno combinación de humildad y nobleza,
mas nunca supe valorarla ni pude
apreciar su grandeza, y fui un hombre
muy malo y ella la divina inocencia.
¡Tenia una mujer tan linda! y nunca lo
supe de veras, vi pasar sus mejores años
¡acabe con sus primaveras! en un par de
hijos hermosos allí repartió su belleza.
Rompió sus esperanzas en pedazos y se
pasaba las noches en vela, pero nunca
me abandono ¡y nunca escuche alguna queja
tan solo sus ojos grandes me despedían
con mucha tristeza, me decían te quiero al viento
regresa por favor regresa...
¡cuanto debió de amarme! y cuan grande fue mi torpeza!
fue mía por mucho tiempo y nunca pude comprendedla.
Hoy que la vida dio vueltas y que me encuentro
muy solo añoro a mi leal compañera, le
pido compasión al señor y le grito al pasado
que vuelva.
Prometo que ahora mismo correspondería
su fiel nobleza, besaría sus tiernos labios,
cambiaría de amor su tristeza, le pediría
llorando perdón por su vida de tanta miseria,
y nunca, nunca me marchaba sin bendecir
su adorable paciencia, tantas cosas le diría
cuantos besos, cuanto amor, ¡cuantas caricias!
si Dios me la devolviera o me llevara
hasta su presencia.
... (ver texto completo)