En mi soledad escribo
leo entre los andares de mis ojos,
un reflejo de mi alboroto
como tristes desvelos
empuño mi puño y escribo
"hay dolor no hay olvido"
hay lagrimas que salen
como escapando al desafió,
del recuerdo, así me quedo
traspuesto de un sentir
que no quiero, pero viene a mi
con cuchilladas en mi corazón herido,
pues hay dolor donde no existe el olvido