Te abracé sin querer cuando estuviste triste, así tú lo quisiste
Y tu
dulce aliento de almendra me enroscó como una boa
Sentí la humedad de tus labios en mi cuello y me dejé morder
Jamás imaginé tu perfidia, que lo echarías todo a perder
El tiempo se expandía, y tanto te amaba como te abrazaba
Protegida estabas, te recuperabas, rezongar ya no rezongabas
Pero cruzado el río hiciste como el escorpión a la pobre rana
y sin aviso me clavaste el aguijón, mi dolor sin importarte nada
Cria cuervos y te arrancarán los ojos, dijo una vez un sabio
Tus lágrimas en mi pañuelo no curaron las heridas, el cuervo
"nunca más" en mi ventana graznó, yo ya no estaba cuerdo
De tus promesas a mi oído ningun sonido, el menor resabio