¡Oh, cuánto quiero ahora tu pálida sonrisa,
tu delgadez de cierva que odiaba inútilmente,
tus gestos y
canciones tan llenos de tristeza,
tus locas ansiedades girando hacia la muerte!
¡Oh, cuán lejana estás ahora que te quiero!...
Lejana como estrella que brilla levemente
en el oscuro fondo de las cosas perdidas,
perdidas para siempre...