Ya no llora la niña del farero,
la reina de los mares.
Ya navega de nuevo ese velero,
ha escuchado de nuevo aquel te quiero.
De pronto los corales
parecen lucir más.
El marino que despertó su pena
promete amarla tanto,
que perlas de sus ojos en la arena
y cantos de sirena,
no volverán jamás.
Noemí. FELIZ DÍA. Os voy a poner una
foto del Mediterráneo muy enfadado