Me embrujaste
una mañana
solitaria.
Agua me pediste,
¡agua!
del manantial de mi vida.
Tu vida
es amanecer,
mi declive atardecer.
No sé lo que prometí:
¡CUIDARTE,
PENSAR EN TÍ!.
Agua, sal y pan,
poesía, mucho amor,
sólo eso...
Y esperar a tu regreso.
Calma
en tus brazos.
Hablarle a tu corazón,
eso quiero:
Poca cosa de tu amor.