En tu corta historia, un triste pasaje:
Vida sin vivir, gemido silente.
De tu corazón, el latido urgente
herido de muerte y ningún mensaje.
Huiste del mundo con pobre bagaje
solitaria paz, con mirada ausente,
decisión fatal que nubló tu mente:
¿Decisión valiente ó cobarde ultraje?
Herencia de nada, herencia de penas;
quizás mi
poema lleve algún reproche
y esas pupilas de tu madre llenas
de perlas de agua, sin sueño en la noche.
Tus memorias vivo y todas son buenas:
Amigo leal, de
amistad derroche.