NOCHE DE REYES
Era la noche de reyes
y al pasar junto a la ermita,
oí, a una niña rezando
pidiendo a su Virgencita.
Virgen del pilar vendita
madre de Dios soberana,
en el lugar que te encuentras
te ruego tú ayuda Santa.
Solo quiero que me escuches
lo que te quiero pedir,
díselo a los
Reyes Magos
porque yo no sé escribir.
Quisiera que me trajeran
una muñeca de trapo,
aunque venga desnudita
o, vestidita de harapos.
Yo le haré vestidos nuevos
con las hojas que han caído,
y con pinchos de las zarzas
lo dejaré bien prendido.
Con el pelo de mazorca
yo sus trencitas le haré
y un sombrerito de paja
que del trigo yo guardé.
Pues mi hermanita pequeña
no tiene con que
jugar,
y si le traen la muñeca
muy contenta se pondrá.
Para mí no pido nada
porque yo, ya soy mayor,
y he de ayudar a la
abuela
a limpiar el algodón.
Ya pronto haré siete añitos
como dice la abuelita,
cuando llegue el mes de abril
ya seré una mujercita.
Por eso Virgen querida
no te olvides de mi hermana,
que tenga su muñequita
cuando llegue la mañana.
¡Y con aquella esperanza
la pobre niña durmió!
y al llegar el nuevo día
con asombro descubrió.
Las más hermosas muñecas
que jamás soñar pudiera,
con sus vestiditos rosa
y los lacitos de seda.
La niña dando las gracias
a la Virgen y a los Reyes,
les ruega que cada niño
tenga al menos un juguete.
Pa. Sa. Ma.