EL QUIJOTE CON ALEGRIA.
Préstame mucha atención:
a don Quijote el famoso
una dama del Toboso
le ha robado el corazón.
Me han dicho que Dulcinea
no tiene un trato muy fino,
que huele siempre a gorrino
y que no chilla, berrea.
Dicen que va en alpargatas,
que se le escapa algún pedo
y levanta con un dedo
cuatro sacos de patatas.
Que luce en pleno bigote
un lunar negro y peludo,
que, por cierto, no es menudo,
y encandila a don Quijote.
Este amor al mundo asombra,
pues la señora es mandona,
bravucona y muy guasona,
y se ríe de su sombra.
Pero el hidalgo manchego
la ve delicada y bella
porque está loco por ella;
¡para algo el amor es ciego!
Préstame mucha atención:
a don Quijote el famoso
una dama del Toboso
le ha robado el corazón.
Me han dicho que Dulcinea
no tiene un trato muy fino,
que huele siempre a gorrino
y que no chilla, berrea.
Dicen que va en alpargatas,
que se le escapa algún pedo
y levanta con un dedo
cuatro sacos de patatas.
Que luce en pleno bigote
un lunar negro y peludo,
que, por cierto, no es menudo,
y encandila a don Quijote.
Este amor al mundo asombra,
pues la señora es mandona,
bravucona y muy guasona,
y se ríe de su sombra.
Pero el hidalgo manchego
la ve delicada y bella
porque está loco por ella;
¡para algo el amor es ciego!