Y al despertar aún sentía la mirada en mi rostro.
aún podía delimitar el perfil de las mejillas
y la forma exacta de tu pelo.
Habías aparecido de repente entre la niebla, y de mi brazo
recorrimos luminosos jardines en la madrugada.
Te conozco desde tiempos lejanos,
pues no es la primera vez que me visitas.
Pero la luz es tu enemiga,
y el sol, con sus presurosos minutos
te entrega al olvido,
Invoco tu nombre otras veces para que, simple,
vuelvas de la región a invadirmde,
para que tus manos de nuevo tracen vuelos
delante de los ojos sorprendidos;
más tú, amado mío, eres obtinado, libre,
y escoges tus noches y oscuridades.
Si te teme el mediodía y sus ruidos...
¡vuelve al menos cuando duermo,
cuando, lejano, soy presa
de los deseos,
mis deseos que te entrego como ofrenda!.
aún podía delimitar el perfil de las mejillas
y la forma exacta de tu pelo.
Habías aparecido de repente entre la niebla, y de mi brazo
recorrimos luminosos jardines en la madrugada.
Te conozco desde tiempos lejanos,
pues no es la primera vez que me visitas.
Pero la luz es tu enemiga,
y el sol, con sus presurosos minutos
te entrega al olvido,
Invoco tu nombre otras veces para que, simple,
vuelvas de la región a invadirmde,
para que tus manos de nuevo tracen vuelos
delante de los ojos sorprendidos;
más tú, amado mío, eres obtinado, libre,
y escoges tus noches y oscuridades.
Si te teme el mediodía y sus ruidos...
¡vuelve al menos cuando duermo,
cuando, lejano, soy presa
de los deseos,
mis deseos que te entrego como ofrenda!.