Déjame sentir la ternura y tu ensueño, para siempre
Vivir en tu pensamiento, despegado de la ilusión
Y el momento…,
Boquita roja…, boquita dulce…, cierro los ojos
Para mirarte…,
¡Oh, crueles! avatares del destino, que separan
Los caminos…,
Tornando los ensueños en paliativos del corazón,
Acaso las alegrías pasadas justifican las tristezas
Venideras…,
Dulce ensueño y anheladas ternuras,
¡Ay! manos de seda, que añora el cuerpo,
En las caricias como astros encendidos
¿Qué hados manejan los destinos?
¿adónde ir para vivir tu vida?
Déjame besar las ansias de tu vida y colmar los deseos
De tu cuerpo…,
Meter la mano en tu pecho para tocar tu corazón,
¡Ay, horas! extrañas que nos separan,
No es el mismo Sol el que acaricia mis penas,
Vida inhumana que truecas la dulzura en crueldad
y amargura…,
¡Oh, vientre! tembloroso de deseo,
Ajeno a mis impulsos,
¿Es acaso la soledad de mi alcoba, el castigo,
A la arrogancia?
¿Quien en la noche es dueño de tus suspiros?
Volcán de pasión que derrama su lujuria,
Por las pendientes de tu cuerpo,
Ajeno a mi deseo, que ardoroso se quema,
Como la lumbre en el desierto.
Vivir en tu pensamiento, despegado de la ilusión
Y el momento…,
Boquita roja…, boquita dulce…, cierro los ojos
Para mirarte…,
¡Oh, crueles! avatares del destino, que separan
Los caminos…,
Tornando los ensueños en paliativos del corazón,
Acaso las alegrías pasadas justifican las tristezas
Venideras…,
Dulce ensueño y anheladas ternuras,
¡Ay! manos de seda, que añora el cuerpo,
En las caricias como astros encendidos
¿Qué hados manejan los destinos?
¿adónde ir para vivir tu vida?
Déjame besar las ansias de tu vida y colmar los deseos
De tu cuerpo…,
Meter la mano en tu pecho para tocar tu corazón,
¡Ay, horas! extrañas que nos separan,
No es el mismo Sol el que acaricia mis penas,
Vida inhumana que truecas la dulzura en crueldad
y amargura…,
¡Oh, vientre! tembloroso de deseo,
Ajeno a mis impulsos,
¿Es acaso la soledad de mi alcoba, el castigo,
A la arrogancia?
¿Quien en la noche es dueño de tus suspiros?
Volcán de pasión que derrama su lujuria,
Por las pendientes de tu cuerpo,
Ajeno a mi deseo, que ardoroso se quema,
Como la lumbre en el desierto.