Por fin te encuentro Noemí:
Mi padre tiene 82 años pero tuvo un infarto cerebral que le cogió la parte izquierda y va muy poco a poco desde entonces. Tuvo una subida de glucosa que lo desequilibró. Y lo que la vida dura que siempre llevó, no pudo conseguir, una diabetes descuidada lo consiguió.
Ahora mas bien baja que sube pero los médicos han hecho equilibrar la balanza y digamos, que se mantiene. Tiene buena pasta en cuanto a su constitución física porque ya sabes que pocos casos se dan que no vuelva a repetir el ataque.
También le han detectado una degeneración que no es exactamente Alzheimer pero se le parece.
Le han puesto un tratamiento bastante eficaz, en la seguridad social, que le ha hecho mucho efecto. Se sabe que un mismo tratamiento en determinadas personas no produce los mismos efectos que en otras. Pero creo que en él y de momento, han acertado pues ha mejorado horrores.
Y lo curioso es que ahora no toma medicación para la diabetes pues con el desequilibrio que sufrió en el invierno, bajó su índice de glucosa y la mantiene estable solo con la dieta.
Me está contando historias que no sabía y que él todavía recuerda.
Incluso, anoche me dijo que su padre era muy inteligente, que decía que justo cuando acabara la guerra civil, empezaría la mundial. "Pero hija, no quiero ya hablar mas de esos temas que nos hicieron tanto daño". Mi padre fue toda su vida un gran trabajador en muchos campos y desde niño, que esa fue su escuela, el trabajo.
Fue pastorcillo sin recibir ni el pan necesario, que según nos ha contado, el pan lo guardaban con llave y ni eso le daban después de tanto trabajar. Con diez años decidió que podría ya trabajar en el pinar, por duro que fuese, ganaría al menos pan para todos los de su casa y para él mismo.
Después, de adulto, siguió trabajando en los pinares de marzo a noviembre; y repartiendo carbón en Madrid por las casas en los inviernos. Enfermó, dejó los pinares, y fue barrendero nocturno durante muchos años hasta que se jubiló.
¡Menuda hoja de servicios la suya!
Así que no fue al colegio, hasta que enfermó del infarto, y ahí empezó a llevar su mochila con sus pañales al centro de día donde iba.
Le trataron genial y pensaron que lo mejor era cambiarle a otro centro ya que le notaban que necesitaría mas cuidados.
Ahora va a otro centro, con otro tratamiento, y ha mejorado pero hay que ser muy constante en sus cuidados para que no retroceda. Y nunca se sabe, porque a veces cualquier cosa puede dar al traste con la mejoría actual.
Estoy contenta en que pueda subir y bajar escaleras, ya que no tenemos ascensor. Y poderle todavía bañar en una bañera convencional. De momento, puede y eso ya es un lujo, para el y para mi. Y come solo y camina, lo que le permite dar paseos. Recuerda los sitios, sobre todo. Sabe donde había nogales, cerca de la plaza, donde están los pinos. Incluso recuerda casos curiosos y nos reímos.
Nunca podré darle todo lo que nos dio, ni con tanto esfuerzo. Somos a veces muy ingratos.
Pero se hace lo que se puede y de momento, aquí y ahora disfruto de él y él de mi porque soy la única que no vive en Madrid.
Y otro día, que tendremos muchos, hablaremos de educación pero con miel. Estoy de acuerdo en ello. Lo que no consiga la dulzura... las reglas estrictas, imposible.
"Se cazan mas moscas con miel que con vinagre", eso está claro y en todos los campos de la vida.
Besos
Mi padre tiene 82 años pero tuvo un infarto cerebral que le cogió la parte izquierda y va muy poco a poco desde entonces. Tuvo una subida de glucosa que lo desequilibró. Y lo que la vida dura que siempre llevó, no pudo conseguir, una diabetes descuidada lo consiguió.
Ahora mas bien baja que sube pero los médicos han hecho equilibrar la balanza y digamos, que se mantiene. Tiene buena pasta en cuanto a su constitución física porque ya sabes que pocos casos se dan que no vuelva a repetir el ataque.
También le han detectado una degeneración que no es exactamente Alzheimer pero se le parece.
Le han puesto un tratamiento bastante eficaz, en la seguridad social, que le ha hecho mucho efecto. Se sabe que un mismo tratamiento en determinadas personas no produce los mismos efectos que en otras. Pero creo que en él y de momento, han acertado pues ha mejorado horrores.
Y lo curioso es que ahora no toma medicación para la diabetes pues con el desequilibrio que sufrió en el invierno, bajó su índice de glucosa y la mantiene estable solo con la dieta.
Me está contando historias que no sabía y que él todavía recuerda.
Incluso, anoche me dijo que su padre era muy inteligente, que decía que justo cuando acabara la guerra civil, empezaría la mundial. "Pero hija, no quiero ya hablar mas de esos temas que nos hicieron tanto daño". Mi padre fue toda su vida un gran trabajador en muchos campos y desde niño, que esa fue su escuela, el trabajo.
Fue pastorcillo sin recibir ni el pan necesario, que según nos ha contado, el pan lo guardaban con llave y ni eso le daban después de tanto trabajar. Con diez años decidió que podría ya trabajar en el pinar, por duro que fuese, ganaría al menos pan para todos los de su casa y para él mismo.
Después, de adulto, siguió trabajando en los pinares de marzo a noviembre; y repartiendo carbón en Madrid por las casas en los inviernos. Enfermó, dejó los pinares, y fue barrendero nocturno durante muchos años hasta que se jubiló.
¡Menuda hoja de servicios la suya!
Así que no fue al colegio, hasta que enfermó del infarto, y ahí empezó a llevar su mochila con sus pañales al centro de día donde iba.
Le trataron genial y pensaron que lo mejor era cambiarle a otro centro ya que le notaban que necesitaría mas cuidados.
Ahora va a otro centro, con otro tratamiento, y ha mejorado pero hay que ser muy constante en sus cuidados para que no retroceda. Y nunca se sabe, porque a veces cualquier cosa puede dar al traste con la mejoría actual.
Estoy contenta en que pueda subir y bajar escaleras, ya que no tenemos ascensor. Y poderle todavía bañar en una bañera convencional. De momento, puede y eso ya es un lujo, para el y para mi. Y come solo y camina, lo que le permite dar paseos. Recuerda los sitios, sobre todo. Sabe donde había nogales, cerca de la plaza, donde están los pinos. Incluso recuerda casos curiosos y nos reímos.
Nunca podré darle todo lo que nos dio, ni con tanto esfuerzo. Somos a veces muy ingratos.
Pero se hace lo que se puede y de momento, aquí y ahora disfruto de él y él de mi porque soy la única que no vive en Madrid.
Y otro día, que tendremos muchos, hablaremos de educación pero con miel. Estoy de acuerdo en ello. Lo que no consiga la dulzura... las reglas estrictas, imposible.
"Se cazan mas moscas con miel que con vinagre", eso está claro y en todos los campos de la vida.
Besos