Entre los guijarros
de un patio de Sevilla,
mi dolor a solas.
Patinillo hondo.
La tarde gravita,
celeste, en mis hombros.
Por el laberinto
del suelo empedrado
busco mi destino.
Piedra. Corazón.
Ternura de hierba
pisada…
Por la calle honda
un hombre, en silencio,
va oliendo una rosa.
de un patio de Sevilla,
mi dolor a solas.
Patinillo hondo.
La tarde gravita,
celeste, en mis hombros.
Por el laberinto
del suelo empedrado
busco mi destino.
Piedra. Corazón.
Ternura de hierba
pisada…
Por la calle honda
un hombre, en silencio,
va oliendo una rosa.
Y este es Patinillo, de Joaquín Romero Murube. ¿Qué se gana con no poner el nombre del autor?