¿Puedes decir, oh cruel, que yo no te amo...

¿Puedes decir, oh cruel, que yo no te amo
si en contra mía asumo tu partido?
¿No pienso acaso en ti cuando me olvido,
por tu causa, de mí, cabal tirano?
¿Quién te ha odiado que yo llame mi amigo?
¿A quién frunces el ceño que yo adule?
Si ceñuda me miras, ¿vengativo
no marcho contra mí, con pesadumbre?
¿Qué mérito hallo en mí, vana arrogancia
que tu servicio desdeñar intente,
si lo mejor de mí adora tus faltas
y al giro de tus ojos obedece?
Pero, amor, sigue odiando, así te quiero:
amas a los que ven, y yo soy ciego.