Me dije en sueños: vale Dios,
también eres viejo, sesenta y dos;
te vas para abajo en cuerpo y cara,
¿cómo piensas en ti si no te sentaras
pronto en la fuente de la juventud
que la vieja piel también sudaras tú?
Si de todos mis vestidos me despojo,
en el sueño todo esto tengo a ojo;
a la fuente de la juventud me fui a bañar;
para quitarme las penas de la edad.
Al entrar en ella me desperté
y me rey de mi rejuvenecer;
pensé: llevaré en mis viejos días
la vieja piel que antes tenía,
no hay yerba que en la tierra crezca
que a mí, persona, me rejuvenezca.
también eres viejo, sesenta y dos;
te vas para abajo en cuerpo y cara,
¿cómo piensas en ti si no te sentaras
pronto en la fuente de la juventud
que la vieja piel también sudaras tú?
Si de todos mis vestidos me despojo,
en el sueño todo esto tengo a ojo;
a la fuente de la juventud me fui a bañar;
para quitarme las penas de la edad.
Al entrar en ella me desperté
y me rey de mi rejuvenecer;
pensé: llevaré en mis viejos días
la vieja piel que antes tenía,
no hay yerba que en la tierra crezca
que a mí, persona, me rejuvenezca.