Temo tus besos, gentil doncella.
Tú no necesitas temer los míos;
mi espíritu abrumado en el vacío,
no puede atormentar el tuyo.
Temo tu porte, tus gestos, tu razón.
Tú no necesitas temer los míos;
es inocente la devoción y el sentido
con los que te adora mi corazón.
Tú no necesitas temer los míos;
mi espíritu abrumado en el vacío,
no puede atormentar el tuyo.
Temo tu porte, tus gestos, tu razón.
Tú no necesitas temer los míos;
es inocente la devoción y el sentido
con los que te adora mi corazón.