Lo real farolea,
con la complicidad de tus sentidos
exhaustos o alarmados.
Sálvate encabritándote,
vuélale por encima,
gratifícalo con cacas
cuando inventa
sus espantapájaros.
Si no tienes la «divina Indiferencia»
del «halcón elevado en lo alto»,
véncelo entonces con la paciencia.
La espera será premiada.
Lo verás pasar en la corriente
con su aspecto más verdadero,
inocuo y humilde:
al fin sin máscara
lo bufonescamente real,
lo presuntamente tal.
con la complicidad de tus sentidos
exhaustos o alarmados.
Sálvate encabritándote,
vuélale por encima,
gratifícalo con cacas
cuando inventa
sus espantapájaros.
Si no tienes la «divina Indiferencia»
del «halcón elevado en lo alto»,
véncelo entonces con la paciencia.
La espera será premiada.
Lo verás pasar en la corriente
con su aspecto más verdadero,
inocuo y humilde:
al fin sin máscara
lo bufonescamente real,
lo presuntamente tal.