Luna: Tú bien que sabes la razón...

Luna: Tú bien que sabes la razón
Que acongoja a mi pobre alma,
Me oprime el triste corazón
Y me ha robado la dulce calma.

Luna: Igual que yo, sufres de soledad;
No importa que brilles a plenitud,
Eso no te apacigua la ansiedad,
Ni que te admire una multitud.

Luna: no es fácil en soledad vivir:
Se anhela el calor de quien ya no está,
¡Ay! Se torna oscuro nuestro existir
Y por la cruel senda del dolor va.

¡Oh, Luna! ¿Qué podríamos hacer?
Si ahora nada nuestra pena cura,
Si a nosotros nos tocó hoy perder
Y esta soledad nos causa locura.

¡Ay, Luna! ¡No nos queda más por ahora,
Que por las noches hacernos compañía,
Mientras el alma otra vez se enamora,
O esperamos que la muerte venga un día!