Viendo una dama que un galán moría,
padeciendo por ella gran tormento,
concertó de meterlo en su aposento
para poner remate en su porfía.
Viniendo pues el concertado día,
o por mucha vergüenza, o gran tormento,
no pudo alzar cabeza el instrumento
para los dos formar dulce armonía.
Ella, viéndole, dijo: “ ¿Tal ansia?
¿Antes tantas recuestas y alcahuetas,
y ahora no hacer? Ya me admira.”
El respondió con voz mansa y mohína:
“Debe de ser de casta de escopetas,
pues cuanto más caliente menos tira.”
padeciendo por ella gran tormento,
concertó de meterlo en su aposento
para poner remate en su porfía.
Viniendo pues el concertado día,
o por mucha vergüenza, o gran tormento,
no pudo alzar cabeza el instrumento
para los dos formar dulce armonía.
Ella, viéndole, dijo: “ ¿Tal ansia?
¿Antes tantas recuestas y alcahuetas,
y ahora no hacer? Ya me admira.”
El respondió con voz mansa y mohína:
“Debe de ser de casta de escopetas,
pues cuanto más caliente menos tira.”